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El paje de Elgorriaga en uno de los anuncios publicados en la prensa.

El año en que los Reyes Magos recibieron dos millones de cartas en Bilbao

Tiempo de historias ·

En los años 60, una campaña de la marca de chocolate Elgorriaga convirtió el apartado postal 618 de la capital vizcaína en el más utilizado de toda España. Llegaron tantas que hubo que habilitar una lonja para almacenarlas

Sábado, 2 de enero 2021

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En el año 1963, los Reyes Magos trajeron a los empleados de Correos de Bilbao una buena dosis de trabajo extra. En realidad, el regalo les llegó con antelación, allá por octubre de 1962, cuando arrancó la campaña del paje de Elgorriaga: la marca de chocolate invitaba a los niños a escribir su carta a los Reyes en el dorso del envoltorio de cualquiera de sus tabletas (La Campana, La Taza, La Vaquita o Primor) y remitirla al apartado postal 618 de Bilbao. «Escribidme muchas cartas. Pedid en ellas todo lo que queráis. Yo elegiré cientos y cientos, es fácil que la vuestra sea una de las premiadas. Y entonces los Reyes Magos os dejarán todo lo que pidáis», prometía el popular paje en los anuncios de prensa, que hoy nos pueden resultar un poco chocantes por un par de detalles muy propios de la época: el rostro maquillado del modelo (eso que ahora se rechaza como 'blackface' y que entonces era tan habitual, pese a que Guinea Ecuatorial seguía siendo española) y la falta de precisión en las bases del sorteo, que no dejaban muy claro ni el número de agraciados ni el alcance exacto del premio.

En realidad, el paje de Elgorriaga (que llegaría a hacerse tan popular como para protagonizar tebeos promocionales e incluso un programa de radio, '¿Dónde está el paje?') había debutado el año anterior. En aquella ocasión, se animaba a los niños a dirigir sus listas de deseos a una dirección muy sencilla, 'Paje Elgorriaga, Irún', porque cualquier cartero de la localidad guipuzcoana sabía de sobra dónde estaba el cuartel local de los Reyes, es decir, las instalaciones de la empresa. Conciliar ambas actividades no debió de resultar nada fácil, porque de cara a las Navidades de 1962 el paje y sus jefes pasaron a utilizar el apartado de Bilbao. Y la cosa se desbordó.

«El primer día llegó una carta. A los pocos días ya no cabían las cartas en el simétrico cajón metálico. Hubo que dejarlas en sus correspondientes sacos y llamar al destinatario. Después, con cada nueva jornada, las cartas aumentaban de forma alarmante. La progresión se hizo geométrica y llegó día en que el encargado de recibirlas tuvo que hacer tres viajes en su motocarro. Hasta que la oficina recipiendaria resultó pequeña y, en su lugar, se alquiló una lonja. Una de esas lonjas destinadas a taller mecánico que pronto vio cómo las cartas lo invadían todo», relató EL CORREO el 2 de enero de 1963. Para entonces, el apartado de los Reyes había recibido dos millones de cartas en el plazo de tres meses, con un récord de 140.000 en una sola mañana. «Es, sin duda, el apartado más famoso de España», escribía el periodista, que consideraba que su popularidad había superado con creces a la del apartado 1.001 de Barcelona, pese a que este aparecía en el título de la popular película de suspense 'Apartado de correos 1.001'. Hasta de Francia, Italia y Portugal llegaron misivas.

Máximo, con su motocarro. Claudio

Quien sufrió en mayor medida la sobrecarga de trabajo de aquellas semanas fue ese empleado del motocarro que aparecía mencionado en el reportaje, es decir, Máximo de la Fuente Muñoz, un transportista de Dos Caminos (Basauri) que se ocupaba de trasladar los sacos en su vehículo. En la sede de Correos, en Alameda Urquijo, algún bromista empezó a referirse a él como «el paje» y el chiste triunfó entre los compañeros, que solían decir también que las siglas SP del frontal de su motocarro habían dejado de significar Servicio Público para adoptar el sentido provisional de Servicio Paje. El bueno de Máximo llevaba con excelente humor ese inesperado sobrenombre: «Aunque yo solo haya sido el transportista, a Bilbao nadie le quitará la honrilla de tener el apartado de Correos que más correspondencia recibe de toda España», se enorgullecía.

La promoción del paje de Elgorriaga continuó en los años siguientes. En las navidades de 1964, los Reyes del chocolate quisieron complacer también a los padres, con el sorteo de varios lotes de electrodomésticos. En los periódicos iban apareciendo las fotos de radiantes afortunadas como María Manuela Pérez, de Barakaldo, que había comprado su chocolate en el establecimiento Emilio Hermanos. En cambio, en 1965 nos topamos con el famoso apartado 618 en un anuncio que nada tiene que ver con la Navidad: 'Industria de la alimentación de ámbito internacional necesita delegado regional'. El sueldo mínimo garantizado era de 150.000 pesetas al año, un buen pico, así que seguro que muchos escribieron al apartado con la misma ilusión que los niños de años anteriores.

Otro de los anuncios del paje.

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