Mueren dos montañeros vascos en el Mont Blanc al despeñarse cuando descendían

El suceso tuvo lugar pasada la una del mediodía cuando este grupo de alpinistas realizaba un rápel por la cara norte de esta cumbre del macizo del Mont Blanc, por encima del corredor Gervasutti. Al parecer, la cuerda que les sujetaba se habría soltado como consecuencia del «desprendimiento de un espolón rocoso», según informó la PGHM de Chamonix, lo que provocó la caída de más de 100 metros que provocó el fallecimiento de los dos montañeros. El tercero, que presenció la caída de sus compañeros, descendió unos metros hacia otro grupo de montañeros que encontró para dar el aviso ya que no llevaba consigo teléfono móvil.

Una vez dado el aviso, el Pelotón de Gendermería de Alta Montaña de Chamonix inició las labores de rescate que se prolongaron durante toda la tarde dada la dificultad que presentaba la zona, con una mezcla de nieve, hielo y rocas, donde se encontraban los dos cuerpos.

A última hora de la tarde, un helicóptero Dragon 74 lograba rescatar los dos cadáveres, que inmediatamente fueron trasladados a la base de emergencia de Chamonix, la DZ des Bois, para proceder a las labores de identificación, mientras que el tercer montañero permanece ingresado en observación en el Hospital de Sallanches. Una vez conocida la noticia, las familias de los montañeros viajaron hacia Chamonix, mientras el Consulado General de España en Lyon, que se encuentra en contacto con las familias de las víctimas y las autoridades francesas, ha ofrecido la asistencia consular necesaria. La fiscalía de Bonneville abrió una investigación.

Los fallecidos son M. E., vecino de Lezo y natural de Usurbil; y M. G., nacido en Oiartzun y trabajador del polideportivo de Lezo cuya familia es muy conocida en la localidad al regentar un establecimiento hostelero en las inmediaciones de Gurutze hasta el que se acercaron numerosas personas para dar el pésame a los familiares.

El alcalde de Lezo, Mikel Arruti, se pronunció por la noche en redes sociales con un mensaje en el que lamentaba la «terrible noticia» y daba «nuestro más sentido pésame a la familia y amigas y amigos de los dos jóvenes. Lurrak gozo har ditzala», escribió.

La cumbre de Tacul, de 4.248 metros de altitud, se encuentra entre la Aiguille du Midi y Mont-Maudit y es una de las escaladas tradicionales del alpinismo vasco como paso previo para afrontar desafíos más exigentes ya que la ruta no es excesivamente técnica. El corredor Gervasutti mide 800 metros y es una zona estrecha y recta, encajada entre dos espolones rocosos y abierto hacia lo alto, con rampas de hielo y roca que alcanza un desnivel del 55%, y con un gigantesco serac en la cima. Esta formaciones son muy peligrosas para los montañeros ya que desde ellas suelen producirse desprendimiento sin previo previo.

Sin ir más lejos el pasado 5 de agosto, en una zona cercana al fatal accidente de este miércoles, se producía un desprendimiento de bloques de hielo (seracs) que provocaba la muerte de otro montañero y que afectó en total a 15 alpinistas de varias cordadas.

El fallecimiento de los dos montañeros guipuzcoanos no fue el único que se registró en la zona ya que a apenas 45 kilómetros, dos hermanos de 33 y 37 años perdieron la vida en otra caída mientras ascendían a la cima de La Tournette, una cumbre montañosa de la Alta Saboya entre Annecy y Albertville. Según informó el Pelotón de Gendermería de Alta Montaña de Annecy, su cuerda también se habría soltado en la cresta de Rosairy por una razón aún desconocida. Los servicios de emergencia tardaron más de tres horas en recuperar los cuerpos de los dos escaladores debido a las difíciles condiciones climatológicas.

Con el fallecimiento de los dos jóvenes de Usurbil y Oiartzun son ya cuatro los montañeros guipuzcoanos que han perdido la vida en lo que va de año. El pasado 21 de abril el hernaniarra I. S. I., de 38 años, fallecía al sufrir una caída en Peñas de Aia, en el término municipal de Lesaka, mientras que en mayo un vecino de Donostia de 47 años, J. B. F., perdía la vida en el término municipal de Yésero, en el Pirineo oscense, mientras practicaba barranquismo en el Barranco de Sía.