La pandemia se agrava en Euskadi con 9.608 positivos en una semana y 70 pacientes en UCI

Se trata de una de las semanas con mayor volumen de casos de toda la crisis. La vacunación, sin embargo, está jugando un papel clave. La afección al sistema sanitario arroja cifras menores que en anteriores embestidas. Pero tampoco son buenas. En solo diez días, el nivel de ocupación en las UCI se ha doblado. Las unidades de críticos atendían a 70 pacientes, cuandio el pasado 26 de noviembre se contabilizaban 35.

La sexta ola va camino de cumplir dos meses de crecida y el panorama continúa endiablándose. El principal foco de atención es la tensión asistencial. Sigue claramente al alza, lo que ha obligado al Gobierno vasco a recuperar la emergencia sanitaria y a activar el pasaporte covid, en vigor desde el pasado sábado. También Osakidetza ha tomado medidas: se han abierto más camas de intensivos y han comenzado a aplazarse cirugías no urgentes. El objetivo es liberar camas y personal para atender a enfermos covid.

Desde el pasado jueves, quince personas han precisado entrar en la UCI. Un incremento significativo, consecuencia directa de la avalancha de hospitalizaciones en planta de la semana pasada. Desde el 26 de noviembre, los hospitales vascos han registrado 413 ingresos, lo que supone una media diaria de 41,3 ciudadanos necesitados de atención clínica por síntomas graves de la covid. De ellos, 300 se han contabilizado en los últimos siete días.

El País Vasco se mantiene como la segunda comunidad con peor evolución de todo el país, solo superada por Navarra. Ha enlazado siete días con más de un millar de casos diarios, después de más de cuatro meses sin rebasar esa alarmante barrera. De hecho, el pasado jueves se diagnosticaron 1.692 infecciones, el récord de esta acometida. Un techo inquietante que puede ir a más una vez que se deje sentir el impacto de este puente festivo, días en los que aumenta la movilidad y las interacciones sociales de los ciudadanos.

La incidencia a 14 días asciende a 724 casos por cada 100.000 habitantes. El ritmo no afloja. Entre el 29 de noviembre y el 5 de diciembre, los incrementos diarios no han bajado de 28 puntos. Eso sí, con picos como el del jueves, cuando creció 48 puntos, la mayor subida en esta última onda epidémica. Su impacto, sin embargo, se muestra desigual por provincias. La comunidad se ve arrastrada por la nefasta situación de Gipuzkoa. Es, de lejos, la peor parada. También a nivel nacional. No hay territorio con peores datos. Según el parte de Osakidetza, ha alcanzado los 1.177 puntos, cifra nunca antes vista desde que estalló la crisis epidemiológica.

Álava, por su parte, ha experimentado un significativo empeoramiento, con casi el doble de incidencia en una semana. En Bizkaia, en cambio, la afección es menor. Reportó una incidencia de 432 casos. En el conjunto de la comunidad, los principales indicadores continúan evolucionando de manera desfavorable. El porcentaje de contagiosidad ha alcanzado índices superiores al 13% en las dos últimas jornadas. Triplica el umbral aconsejado por la OMS para dar la situación por estabilizada.

Por su parte, el R0, que mide la velocidad de transmisión, sigue por encima de 1. En concreto, se anotó un 1,23. El dígito más bajo en las últimas semanas, pero no por ello óptimo. Indica que el patógeno continúa en fase expansiva, ya que un contagiado propaga la infección a más de un persona.