¿Qué tipo de glotón eres?

No habrá visto nunca uno de cuatro patas porque no habitan nuestras latitudes. El glotón es una especie de oso pequeño famoso por su mal genio. Nada que ver con esa imagen que tenemos del glotón de dos piernas, dándose un banquete a carrillos llenos con aspecto de tipo satisfecho. ¿Es usted uno de esos pecadores de la gula que hace un festín de cada ocasión a la mesa? En este sencillo test hemos planteado diez cuestiones relacionadas con el comer: ¿es de postre dulce o de fruta, de los primeros que acaban o de los que se eternizan con los aperitivos, le gusta probar cosas exóticas o no le sacan de la pasta y los huevos fritos….? Podrá comprobar cuánta gente se comporta como usted y aprender una decena de curiosidades de la mano de dos referentes de nuestros fogones, como son David de Jorge y Fernando Canales, y de dos expertos en nutrición, la endocrinóloga Ana de Hollanda y Luis A. Zamora, autor de 'Comer bien es fácil si sabes cómo'.

«La tortilla gusta porque la mezcla de huevos y patatas es perfecta. Su densidad, su sabor a patata cocinada, los huevos cremosos… Es una obra de arte. Hace 40 años, cuando empecé en la cocina, estuve de 'stagier' en Francia (en Las Landas) y durante cuatro meses, todos los jueves me mandaban cocinar tortilla para que comiera el personal. ¡Y éramos 25 personas!». (Fernando Canales, cocinero)

«Las guarrindongadas no se pueden recomendar a otro porque cada uno tiene la suya. Esa mezcla rara es personal e intransferible y sacia al monstruo que todos llevamos dentro y que hay que alimentar cuando uno llega de farra, tiene un disgusto morrocotudo o necesita darse un chute. A mí, las anchoas en salazón con cualquier cosa me parecen la bomba y meterme un bocata de hígado de bacalao en aceite cargado de cebolleta y piparras, también». (David de Jorge, cocinero)

«Al comenzar a comer, la distensión del estómago envía señales rápidas al cerebro generando una sensación inicial de saciedad. Sin embargo, la saciedad completa no se establece hasta que los nutrientes llegan a la sangre y además se desencadena la liberación de hormonas como la leptina, el GLP-1 y el péptido YY, que informan al cerebro de que el organismo ha recibido suficiente alimento. Este proceso puede tardar aproximadamente 20 minutos». (Ana de Hollanda, endocrinóloga del Hospital Clínic Barcelona, investigadora del CIBER-OBN)

«Está relacionado con el concepto de 'hambre hedónico', que es el impulso de comer por placer más que por hambre y que está regulado por los sistemas de recompensa del cerebro, como el circuito dopaminérgico. Los alimentos dulces y ricos en grasas activan estos circuitos de placer, lo que explica por qué, incluso después de sentirnos saciados con una comida principal, podemos seguir deseando un postre». (Ana de Hollanda)

«No hay un orden único y rígido de ingesta de alimentos, pero sí hay estrategias que pueden optimizar la saciedad y el control de la glucosa en sangre. Se recomienda comenzar con verduras o ensaladas, ya que su alto contenido en fibra y su volumen contribuye a generar saciedad inicial. Luego, seguir con las proteínas (carnes, pescados, legumbres) y, por último, ingerir los hidratos de carbono (pan, arroz, pasta). Este orden puede ayudar a evitar picos bruscos de glucosa en sangre, ya que los carbohidratos se absorben más lentamente cuando se consumen después de las proteínas». (Ana de Hollanda)

«En China comí unos huevos milenarios chinos. Tardé dos días en decidirme a probarlos porque tienen un color y un olor súper apestoso. Se elaboran preservando un huevo de pato, gallina o codorniz en cal viva, arcilla, cenizas y minerales durante varias semanas o meses. Con el tiempo, la yema va cambiando a marrón verdoso y empieza a oler como el queso fuerte. Se sirve de aperitivo».

Película y sofá. Y algo para picar. Casi con seguridad, algo con mucha sal o mucho azúcar. Pero, ¿cuánto es mucho? «Los productos que tengan más de 10 gramos de azúcar o un gramo de sal por cada 100 gramos de producto habría que tratar de evitarlos y potenciar su consumo cuando por cada 100 gramos haya menos de 2 gramos de azúcar y menos de 0,25 de sal». (Luis. A. Zamora)

«La quinoa la podemos utilizar de base para una paella con calabacín, vainas y zanahoria. En Etxanobe servimos este plato acompañado de crema de calabaza. Y la chía se puede tomar de forma fácil y creativa en un falso gazpacho al que también añadiremos albahaca». (Fernando Canales)

«Si ocurre ocasionalmente, puede deberse a una cena insuficiente. Si sucede más de dos o tres veces por semana durante varios meses podría tratarse del 'síndrome de ingesta nocturna', que está relacionado con los trastornos de la conducta alimentaria. Puede estar asociado con el estrés, la ansiedad o con problemas en los ritmos circadianos. Además, interrumpe el descanso y puede contribuir a problemas metabólicos como la resistencia a la insulina o el aumento de peso». (Ana de Hollanda)

«Yo, después de una comilona, me trinco una tortilla francesa o un tomate triste aliñado o una tostada tipo 'wasa' (pan de centeno fino y crujiente) untada con quesitos y me enchufo una infusión horrible». (David de Jorge)

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