Las limitaciones de la fórmula de Oxford obligarán a redefinir el plan de vacunación
La inmunización de las personas mayores se complica al haberse autorizado la vacuna de Astrazeneca sólo para los menores de 65 años
El plan vasco de vacunación se enfrenta a un nuevo problema, aunque no sea específico ni único de Euskadi. La vacuna que se esperaba como ... agua de mayo para febrero ni llegará en la cantidad prevista originalmente, ni servirá para su uso en el principal grupo de población que se trata de inmunizar ahora, que son las personas mayores. El prototipo financiado por la Unión Europea con los laboratorios Astrazeneca y la Universidad de Oxford sólo ha logrado de la agencia europa del medicamento (EMA) autorización para su uso en menores de 65 años. No hay, de momento, suficiente evidencia científica como para permitir su inoculación en el grupo de población que se trata de proteger ahora mismo, los más vulnerables, los de mayor edad.
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Euskadi deberá, por tanto, redefinir su estrategia de vacunación si se pretende no ya llegar al mes de junio con la mitad de la población protegida, como se quería en diciembre, sino evitar el mayor impacto posible de la pandemia sobre la salud de los ciudadanos y garantizar el buen funcionamiento del sistema sanitario. Euskadi, una de las comunidades más envejecidas de España, cuenta con casi medio millón de vascos que superan esa edad, el 22,2% de la población. El desafío de proteger en primer término a los más vulnerables se presenta cada vez más complicado, dada la actual escasez de vacunas y las condiciones impuestas a la tercera fórmula en incorporarse al arsenal anticovid.
Expertos defienden intensificar el pinchazo de primeras dosis y acelerar la llegada de la vacuna rusa
«Salvar más vidas»
EL CORREO ha contactado con cuatro especialistas en inmunología que coinciden en un mismo diagnóstico. Las autoridades sanitarias, el Gobierno vasco en Euskadi, tienen que apostar por reservar las formulaciones de Pfizer/Biontech y Moderna -que también es apta para personas mayores- para pinchar exclusivamente al colectivo más vulnerable; y dedicar el prototipo de la Universidad de Oxford para proteger a los menores de 65. En especial a los enfermos crónicos, que también constituyen un colectivo que interesa inmunizar.
«El objetivo de Osakidetza, debería ser vacunar a cuanta más gente, mejor y cuanto antes», defiende el microbiólogo José Luis Cañada, de la Fundación IO, dedicada al estudio y control de las enfermedades infecciosas. El experto confía en que el suministro comprometido con Pfizer/Biontech y Moderna permita vacunar a los mayores, pero si no fuera así, tiene claro qué debería hacerse, a su juicio. «Cada vez más estudios -el último acaba de publicarse en British Medical Journal- defienden la necesidad de demorar la segunda dosis y dar la primera al mayor número de gente posible. La protección es menor, pero se salvarán más vidas, que es de lo que se trata», defiende el experto.
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La profesora Izortze Santín, investigadora del Departamento de Bioquímica de la UPV/EHU, está convencida de que no habrá vacunas suficientes entre este mes y el próximo para atender la demanda de las personas mayores. Está previsto, según recuerda, que lleguen en ese tiempo unas 400.000 dosis (que a dos por persona permiten inmunizar a 200.000); y en Euskadi viven, según el Eustat, 494.364 mayores de 65 años. Es posible, razona, que se necesite comenzar a vacunar a otros grupos de riesgo, como los pacientes con enfermedades crónicas, como diabetes e hipertensión, que llenan las UCI. «Habría que acelerar al máximo la llegada a Europa de la vacuna rusa, 'Sputnik V'», defiende.
El vicepresidente de la Sociedad Española de Vacunología, Fernando Moraga-Llop y la microbióloga de la UPV/EHU Miren Basaras también creen que habrá que readaptar el plan de vacunación. «Necesitamos vacunas y necesitamos vacunar», advierte ella. «Cuantas más dosis se pongan, mejor», insiste él.
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Un ritmo mucho menor al esperado
La actual velocidad de vacunación en España no es prometedora. En los 40 primeros días de campaña el país presenta una media que no llega a los 45.000 pinchazos diarios. En las jornadas récords, en las que acababan de llegar suministros y no escaseaban los viales, España apenas ha superado las 100.000 inoculaciones diarias.
En Sanidad, no obstante, están convencidos de que la situación va a cambiar a corto plazo. De acuerdo con los nuevos cálculos -elaborados tras obtener el compromiso de entrega en los próximos dos meses de Pfizer, Moderna y AstraZeneca-, en breve se deberían repetir de forma constante las jornadas con más de 100.000 pinchazos, para acabar por triplicar ese ritmo con la llegada de la primavera hasta alcanzar los 2,2 millones de inoculaciones semanales.
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