Retirada de las terrazas anoche en la plaza Nueva de Bilbao, una de los estandartes de la hostelería en el Casco Viejo. Luis Ángel Gómez

Más de 65.000 familias viven de la actividad de bares y restaurantes en Euskadi

Entre 4.000 y 5.000 empleados pueden perder su puesto de trabajo solo en Bizkaia tras el cierre decretado ayer

Viernes, 6 de noviembre 2020, 04:35

Los hosteleros vascos se pasaron todo el verano lamentando las escasas ayudas que recibieron de las distintas administraciones frente a las compensaciones que se dirigieron ... a otros gremios. Advirtieron de que hubo «ayudas directas» para todos los sectores, menos para el suyo. «Llegaron a la industria naval, al sector agrario, a la automoción... Para todos menos para nosotros», reprobó anoche un Héctor Sánchez que centró sus críticas en la consejería de Salud del Gobierno vasco -«nunca ha dado su brazo a torcer», dijo-, aunque agradeció la colaboración de muchos ayuntamientos vascos. Sánchez se refirió, concretamente, a los planes que permitieron la instalación de terrazas como vía extraordinaria de captación de ingresos para capear el temporal. Entonces, reivindicó la «enorme importancia» de la hostelería y restauración en la actividad económica vasca.

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Favorecidos por el 'boom' del turismo, los bares y restaurantes, junto a los hoteles, se han hecho cada vez más fuertes. Pese a que la crisis les ha pasado una severa factura en los últimos años con cierres de establecimientos y recortes de empleos, sobre todo en los barrios de las grandes ciudades y en pequeños municipios, más de 65.000 familias vascas viven a día de hoy de este sector. La influencia es predominante en Bizkaia, donde da trabajo a 25.000 personas, a los que hay que añadir entre 7.000 y 8.000 autónomos. En total, casi 33.000 ciudadanos. El resto trabaja Álava y Gipuzkoa.

Desaparecer un 30%

Pese a la caída del consumo, el territorio cuenta con cerca de 8.000 establecimientos. En las próximas semanas pueden ser muchos menos. En septiembre, la Asociación de Hostelería de Bizkaia ya pronosticó que entre un 25% y un 30% «corría serio peligro» de desaparición. No solo eso. Advirtió de que el empeoramiento de la pandemia podría conducir al paro a entre 4.000 y 5.000 profesionales. A finales de septiembre casi la mitad de los empleados se encontraba en procesos de ERTE.

Sánchez también justificó los recortes de plantilla al recordar que los empresarios no podían seguir manteniendo las «mismas estructuras vendiendo la mitad». El verano hizo estragos en Euskadi más que en ninguna otra comunidad. Julio fue un mes especialmente aciago. El empleo en el sector aumentó en casi todas las regiones, excepto aquí, donde cayó un 5,1%, y Madrid -1%-. El País Vasco fue la única comunidad de la cornisa cantábrica que no supo sacar provecho de las vacaciones estivales en contraposición con Cantabria, que contrató a un 25% más de trabajadores, o Asturias -11%-. Muchos restaurantes de postín de Bilbao reconocieron que las facturaciones menguaron a un ritmo del «35% y hasta del 40%». Ante este escenario, nueve de cada diez empresarios han recurrido en el último medio año a créditos ICO «para ir tirando».

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El cierre anunciado ayer por el lehendakari añade tantos nubarrones que nadie se atreve a cuantificar el impacto de una medida que hizo llorar ayer a más de una hostelera bilbaína. Si los comerciantes suelen concentrar casi el 25% de la facturación de todo el año entre el 15 de diciembre y el 15 de enero, los hosteleros se mueven en parámetros muy parecidos. Muchos dudan de si podrán salvar las navidades, el periodo más fértil.

Sería una nueva muesca que añadir a un trágico 2020. La ausencia de Marijaia hizo estragos en la pasada 'no Aste Nagusia'. Algunos hosteleros llegan a lograr en fiestas el 35% de los ingresos de todo el ejercicio. Así que Boni García, dueño del bilbaíno Café Lago, no tiene ninguna duda de que muchos hosteleros no volverán a abrir cuando esta medianoche bajen la persiana.

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