Una madre harta de que su hijo consumiera destapa una red de narcotráfico entre Bizkaia y Valladolid
Los diez detenidos, con residencias en Valladolid y Bizkaia, se enfrentan desde este miércoles a más de 66 años de prisión por delitos contra la salud pública
Álvaro Muñoz
Miércoles, 25 de octubre 2023, 12:29
10:45 horas del 27 de enero de 2021. Una madre, harta de que su hijo consumiera de forma habitual sustancias estupefacientes, llama al puesto de la Guardia Civil de Íscar (Valladolid) para relatar un seguimiento que ella misma efectuó después de ver salir a su hijo de su casa. Dio los datos personales de su hijo, así como la dirección de la vivienda a la que accedió en Pedrajas de San Esteban en la que reside el primer investigado (S. L. N). Esa misma mañana de invierno, los agentes la invitaron a que denunciara los hechos, pero los pospuso «por posibles represalias».
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A partir de ahí, la Policía Judicial de la Guardia Civil empezó a tirar del hilo. Las pesquisas fueron avanzando a la par que la investigación crecía. Hasta el punto de que este miércoles, en la Audiencia de Valladolid, arranca el juicio contra diez acusados después de desmantelar laboratorios de 'speed' y cocaína en Valladolid y Bilbao.
A raíz de esa llamada telefónica, se comprobaron los antecedentes de S. L. N., condenado con anterioridad por delitos de la misma índole, por lo que las vigilancias se intensificaron en Pedrajas de San Esteban. Las sospechas se confirmaban al aprehender en los meses siguientes mínimas cantidades de 'speed' y cocaína en los entornos de ese domicilio en el verano de 2021.
Comenzaron las escuchas sobre el vecino de Pedrajas para, más tarde, ampliar el operativo sobre otro de sus móviles con el que mantenía contacto con F. G., conocido como 'jefe', además de reuniones en la localidad vallisoletana «para proveerse de las sustancias que luego iba a vender a terceros consumidores».
Punta de iceberg
Era la punta de un iceberg al desenmascararse el primer eslabón del que a la postre se considera, por parte de la Fiscalía, un grupo criminal.
Más de un año después de la llamada de la madre harta de que su hijo consumiera, en marzo de 2022, las pesquisas habían subido un nuevo escalón. La investigación miraba a A. O. C., vecino de Valladolid capital, así como J. C. L. A., residente en Tudela de Duero. Este último trasladaba desde Bilbao las sustancias para que A. O. C. las repartiera en el entramado final de la organización de narcotráfico.
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J. C. L. A. y A. O. C. mantenían reuniones prácticamente a diario. Así lo constataba la Guardia Civil en vigilancias desde diciembre, con viajes al País Vasco. Así fue hasta el 18 de febrero, cuando fueron detenidos en uno de los trayectos. Se le requisaron dos kilos de sulfato de anfetamina.
De la mano de él cayó también A. O. C. Fue sorprendido en un bar de Valladolid. Le requirieron las llaves de su vehículo, aunque afirmó no tener ningún automóvil. A la Guardia Civil no le quedó más remedio que trasladar el coche investigado hasta dependencias del instituto armado, donde hallaron una gran maleta azul. En el interior se encontraron más de 2,5 kilos de cocaína, 200 gramos de sulfato de anfetamina, más de medio kilo de sustancia de corte, así como un gramo y medio de heroína.
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La detención y silencio de los primeros arrestos llevó al resto de implicados a adoptar precauciones. La trama, en teoría, tenía su base de operaciones principal en Bilbao, donde fue desmantelado el laboratorio de manipulación de 'speed' en un garaje de la capital vinculado a los dos detenidos.
Los arrestados en Valladolid se continuaban dando en el inicio del año pasado, a la par que la Ertzaintza cercaba a los presuntos implicados y principales cabecillas de la trama en Bilbao. Las vigilancias se intensificaron hasta que, en marzo, los dos líderes caían en sendas detenciones.
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El 9 de marzo de 2022 se llevó a cabo la segunda fase de la investigación. Ertzaintza y la Guardia Civil de Valladolid registraron todos los inmuebles de los dos implicados. Allí fueron intervenidos doce kilos de 'speed', medio kilo de cocaína y otras sustancias (hachís, heroína, marihuana o cristal), además de amasadoras, sustancias de corte y un bidón de ocho litros, al parecer, de etanol. En dicho espacio, donde fue intervenido un revólver, adulteraban la droga para triplicar su cantidad antes de venderla al grupo radicado en Valladolid.
La penas solicitadas por la Fiscalía ascienden a 66 años y 10 meses y multas totales que superan el millón de euros. El comando vasco, compuesto por A. F. G. y M. I. I. M., se enfrenta a nueve años y diez meses de cárcel cada uno y unas multas individuales que ascienden a los 210.000 euros.
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