El incremento de la desigualdad y otros retos

Gonzalo Lacurcia es experto en planificación urbana y vivienda. Desde 2016, trabaja como consultor para el Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Habitat). Según apuntó ayer, las ciudades están en constante crecimiento y el fenómeno de la concentración de personas en las urbes «siempre fue tranformador». En ellas se genera el 80% del PIB, aunque también se consume el 70% de la energía. Y el último informe de este organismo sobre la implementación de la agenda urbana ha constatado otras tendencias negativas que se han agudizado por la pandemia, como el incremento de la pobreza: habrá «entre 120 y 160 millones más de pobres en las ciudades».

Las monitorizaciones de los expertos indicaban que, aunque las condiciones de vida iban antes mejorando, la desigualdad crece ahora a un ritmo espectacular, y lo seguirá haciendo. También que se volverán necesarias cualidades como la capacidad de adaptación o resiliencia, ya que más de 82 millones de personas se vieron obligadas a emigrar en 2020 por el cambio climático, por la violencia o la miseria. «Y estos escenarios seguirán generando grandes desplazamientos humanos, que alterarán las condiciones de vida en las ciudades», concluye.

Por otro lado, tras la enorme crisis económica que trajo el covid, muchos países han priorizado la recuperación, lo que ha implicado un retraso importante en la implementación de medidas de descarbonización o de reducción de residuos.

Lacurcia señaló además que, frente al modelo deseable de ciudad compacta y accesible, en los países pobres está predominando una «expansión urbana descontrolada». En las regiones desfavorecidas se está incrementando la población residente en barriadas y asentamientos chabolistas.

Además, los gobiernos locales de los países en vías de desarrollo no disponen de los suficientes ingresos para dotar a todos los habitantes de cierta calidad de vida. Por eso, para este experto, urge un nuevo contrato social que incluya derechos como la renta básica, la sanidad y la vivienda asequibles, entre otros «cambios profundos» que permitan que las ciudades sean habitables y prósperas.

Temas

• Pobreza
• ONG