«Uno de los efectos de esta crisis es que habrá una renovación fuerte en temas educativos»

- Si esto se hubiera producido hace diez años el daño hubiera sido mucho mayor para muchas entidades. A nosotros nos ha pillado muy conectados, con mucho músculo y gran colaboración entre los de tecnología e informática, innovación educativa y de formación online. Sería imposible vivir sin ciencia. La tecnología ha cambiado, pero no responde a todo, los problemas humanos están ahí. La ciencia es uno de los grandes dones de esta parte de la Historia, pero no responde al sentido de la vida. La vida es mucho más compleja.

- ¿Hacia dónde se dirige la educación y la formación?

- Hay que pensar también en ser más eficaces y eficientes, en pensar lo que se hace. Hay que cuestionarse lo que hacemos. Uno de los efectos de esta crisis va a ser una renovación fuerte en asuntos pedagógicos y educativos. Ahora nos estamos planteando qué va ser del próximo semestre y casi pensando que lo que vamos a hacer aquí es también pensando en el futuro. El qué hacemos o cómo valoramos lo que hacemos, preguntarse realmente qué es educar va a ser clave. El profesor que más va a sufrir es el que saca un libro y luego pone un examen. Hay que hacerse preguntas. ¿Qué hace el estudiante? ¿Qué aprende? ¿Cómo lo aprende? ¿Qué practica? ¿Cómo experimenta? Va a ser muy fuerte la autoconciencia de qué es educar.

- Usted se preguntó recientemente si es mejor la formación online que la presencial. ¿Ha llegado a alguna conclusión?

- Lo que me dicen los expertos con los que estoy trabajando es que la enseñanza online es claramente buena. Ha sido una sorpresa para ellos ver que la relación que se genera online es más directa o más personal. Hay más posibilidad de uno a uno.