«El alumno que pasa de curso sin esfuerzo acaba fracasando»

Es media mañana y el patio del colegio concertado Alazne, de Cruces, está bastante animado. Es la hora del recreo. Los chicos juegan al balón, las chicas charlan en la grada y hay muchos grupitos sentados en corro con el móvil. Carlos Urio es psicólogo, orientador y jefe de estudios y participó hace poco en un congreso organizado por el Colegio de Psicología de Bizkaia en la Universidad de Deusto. Charla con un grupo de alumnas de 1º de ESO. «Claro, es que hay que leer más cosas aparte de 'Game Over'», les dice.

- ¿Por qué lo de 'Game Over'?

- Porque sólo leen lo que les sale en las pantallas.

- ¿Hasta qué punto es importante que lean?

- Yo entiendo que el trabajo principal que habría que hacer en los primeros cursos de Primaria es la lectura comprensiva y herramientas de cálculo. Pero como se va muy deprisa, pasan con niveles bajos de lectura y cuando tienes un nivel bajo, leer te cuesta esfuerzo. Y estamos en un momento de falta de cultura del esfuerzo.

- Los alumnos cada vez repiten menos.

- Ahora la repetición tiene que ser algo extraordinario. Estoy de acuerdo, pero lo que tenemos que hacer es preparar a los alumnos para que se esfuercen. El problema es cuando quieres hacer repetir a tres. El inspector te manda la estadística y ves que hay un 97% de aprobados. Y piensas, joder pues habrá que hacer lo mismo. Si no llegas a los números, te dicen que tenías que haber incorporado medidas de refuerzo.

- Es la pescadilla que se muerde la cola.

- Claro, porque al final yo no les hago repetir. ¿Y qué pasa? Pues que van pasando de curso porque sí. Y salen del colegio porque sí. Y llegan a Formación Profesional y ahí, si no atiendes, te largan y acabas fracasando. Ese es el que fracasa, el que va promocionando sin esfuerzo.

- ¿En qué punto estamos con las pantallas?

- Creo que se han demonizado los móviles. Se ponen como excusa para tapar otras problemáticas más generales.

- ¿Cuáles?

- Mi experiencia es que todo empieza a fastidiarse cuando los niños empiezan a beber. Creo que lo importante con los consumos es tratar de retrasarlos al máximo, supervisarlos y que no haya excesos.

- Tiene una amplia trayectoria como educador. ¿Cómo ha cambiado todo en este tiempo?

- Hace poco le escuché a un profesor decir que antes llegaba al final del temario y ahora, no. Esa misma frase la dijo el anterior director, hace ya unos años, y eso que él nunca vio una pantalla en clase. Las cosas están cambiando en el tema de los contenidos, no sé si para bien o para mal. Ahora todo se da en píldoras, que se dice. Incluso la Selectividad va a reducir los contenidos. Entonces, creo que en general la cultura se está reduciendo.

- ¿Y cómo afecta a los alumnos?

- Yo no creo que la gente sea más torpe, simplemente tiene menos intereses. Los alumnos no se saben las tablas de multiplicar, pero sí todos los Pokémon. Porque les interesa.

- La atención esta muy cotizada hoy día.

- Exacto. Y tú como profesor lo que tienes que hacer es que tu lección sea atractiva. Tienes que despertarles la curiosidad por saber, meterles la guindilla. Y ahí puede ayudar mucho la inteligencia artificial para preparar contenidos y materiales adaptados, usar gafas de realidad virtual, etc. Porque una vez que ya saben algo, aparece todo lo demás. El problema no es ese.

- ¿Y cuál es?

- Que tienes alumnos de distinto nivel en una misma clase. Los que están motivados por estudiar y los que no.

- ¿Qué plantea?

- Nosotros tenemos desdobles por niveles. Así los alumnos se agrupan con los de su mismo nivel.

- ¿Eso no estigmatiza al alumnado?

- Al principio lo veía así, pero ves que los de nivel bajo trabajan lo que tienen que trabajar, y que los de nivel alto van como tienen que ir. Ahí están los testimonios de las madres de los alumnos que han ido a los grupos de refuerzo. Aplauden con las orejas.

- O sea, que hablamos de hacer itinerarios adaptados.

- Evidentemente. Ahora hay menos niños y van a sobrar profesores. Yo lo que espero es que se mantenga la misma inversión en educación para que haya más profesores por nivel. E incorporar personal que vele por el bienestar de los alumnos. Personal especializado.

- ¿Los colegios tendrían que tener psicólogos?

- Creo que tiene que haber psicólogos clínicos, por un lado, para todos los programas de bienestar emocional. Los chavales tienen unos niveles de ansiedad altísimos. Cuando salen llorando por cualquier circunstancia o se arrancan las cejas, o se encierran en el baño, tiene que ir un profesor a atender a esa persona. Pero el profesor tiene una clase.

- ¿Se les piden demasiadas cosas a los profesores?

- Ahora tenemos que prestar atención al acoso escolar, ciberbullying -que, encima, tiene lugar fuera del colegio pero nos lo comemos nosotros-, educación sexual, atención a la diversidad, prevención del suicidio... También prepara excursiones y salidas al teatro, porque las familias no llevan a los chavales, fiesta de Navidad, Carnavales, fiesta de fin de curso... Y, a veces, damos clase.

- Así que psicólogos.

- Por un lado, como decía, un psicólogo clínico. Pero también uno educativo que sepa de inteligencia, de lectura, de orientación a padres, de asesoramiento a profesores... Es que lo veo clarísimo.

- ¿Eso no lo pueden hacer los orientadores?

- Muchos no son psicólogos, y además ya tiene una función delimitada de orientación académica. Pero yo hablo de tratamientos, de refuerzo de lectura, etc. Aquí tenemos 600 y pico alumnos, y sólo puedes ayudar a unos pocos.

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