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Carmen Calvo, con el secretario de Estado vaticano, Prieto Parolin. efe

Sánchez busca un crédito político en su encuentro de hoy con el Papa

El presidente recurre a la autoridad moral de Francisco para suavizar la imagen de su gabinete ante la gobernanza europea

Viernes, 23 de octubre 2020, 23:28

Pedro Sánchez visita hoy el Palacio Apostólico del Vaticano para mantener su primera audiencia privada con el Papa Francisco, pese a que hasta ahora había ... rehuido el contacto con el jefe de los católicos en su apuesta por reafirmar la identidad laica del PSOE. En este momento, un encuentro con el pontífice supone un capital político muy oportuno dada la autoridad moral de Jorge Mario Bergoglio, acrecentada por la ausencia de liderazgos mundiales sólidos en medio de una pandemia que ha puesto patas arriba a todo el planeta.

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Francisco se lo ha puesto fácil a Sánchez con su discurso ecosocial contra la desigualdad y en favor de los colectivos más desfavorecidos, un contexto que parece adecuado para que los sectores más laicistas de su electorado digieran su audiencia con el Santo Padre. La reciente declaración del Papa, comprensiva con una legislación de convivencia civil para las uniones homosexuales, refuerza el terreno de juego del inquilino de La Moncloa.

La 'percha' para la cita ha sido el XVII Foro de Diálogo España-Italia que se celebró el pasado martes en Roma, y al que asistió el presidente del Ejecutivo español. La idea inicial de Moncloa era aprovechar esa jornada para el encuentro en el Vaticano, pero la agenda del Papa estaba ya cerrada con mucha antelación y tenía comprometida su presencia en el Foro Interreligioso organizado por la comunidad de San Egidio, con la presencia de líderes del judaísmo, el islam y el budismo.

El Gobierno había puesto mucho interés en esa reunión y la Santa Sede, que también quiere consolidar las relaciones bilaterales con Madrid, hizo un hueco para hoy. El Vaticano ha puesto en marcha la renovación del episcopado para situarlo en línea con su pastoral y sigue dándole vueltas a la oportunidad de una visita rápida del pontífice argentino a España. La «precipitación» del encuentro también podría estar relacionada con ese viaje, una invitación que ya hicieron los obispos y que hoy hará de manera oficial el presidente.

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La foto de Sánchez con Francisco tiene mucho valor simbólico. El Vaticano mide mucho esos gestos y los vende caros. También los persiguió a finales de septiembre Mike Pompeo, secretario de Estado norteamericano, pero el Papa no accedió porque habría sido interpretada como un apoyo a los republicanos en vísperas electorales. Pompeo sí fue atendido por el cardenal Pietro Parolín, 'primer ministro' de la curia vaticana, y por el arzobispo Paul Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados (el equivalente al ministro de Exteriores). Gallagher recibió el martes a su homóloga española, Arancha González Laya. La reunión, además de para hablar de «multilateralismo, inmigrantes, Mediterráneo y América Latina», sirvió para negociar y cerrar el contenido de la audiencia de hoy, según las normas de la diplomacia vaticana.

Es verdad que España y la Santa Sede tienen varios frentes abiertos, entre ellos la legislación sobre la eutanasia, la reforma de la ley del aborto, el pacto educativo, la inmatriculación de los inmuebles de la Iglesia y la memoria democrática con la resignificación del Valle de los Caídos, un asunto sobre el que el Vaticano ya ha corregido en dos ocasiones al Ejecutivo español. Roma ya se los sabe por el nuncio (embajador) y por la cúpula de la Iglesia, que mantuvo un largo encuentro con Francisco a mediados de septiembre, y que habrán sido refrescados ahora por el cardenal Omella, que asistió a la audiencia general del pasado miércoles. Pero de esa carpeta se encarga la vicepresidenta primera, Carmen Calvo.

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Imagen internacional

Lo importante es compartir con el Papa una visión geopolítica del mundo, que servirá para moderar la imagen internacional de un 'Gobierno de rojos' de izquierda radical, ante el centro derecha que gobierna Europa. A nivel doméstico le viene bien frente a la legitimación católica que se atribuye la derecha y la extrema derecha, como se pudo comprobar en el reciente debate en el Congreso con la moción de censura presentada por Vox.

Sánchez afeó la estrategia de Santiago Abascal por su invocación a la Iglesia y a los valores cristianos, «mientras desprecia la figura y el mandato de su máximo representante, el Papa Francisco». El presidente invitó al líder de Vox a leer, aunque fuera en un resumen, la encíclica 'Fratelli tutti', y se apoyó en el artículo 11 de este reciente texto magisterial para arremeter contra el discurso de la extrema derecha y lo que considera como un falso patriotismo. El dirigente socialista también citó durante su intervención la exhortación papal 'Evangelii gaudium' (publicada en 2013), con directrices para anunciar el evangelio en el mundo actual, y considerada como la guía de su pontificado. Días antes, en la rueda de prensa posterior al foro hispano italiano, Sánchez consideró «inspiradora e incuestionable» la figura del Papa, en presencia del primer ministro, Giusepppe Conte, católico practicante con relaciones privilegiadas en el Vaticano.

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