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Resultados elecciones en Cataluña

Cataluña pasa de moderación

Los dos partidos nacionalistas menos radicales, el PDeCAT de Artur Mas y el PNC de Marta Pascal, ambos cercanos al PNV, quedan fuera del Parlament

Lunes, 15 de febrero 2021, 00:57

Los catalanes no cuentan con los dos partidos nacionalistas de corte más moderado surgidos de la extinta Convergencia para construir el futuro de su ... comunidad: el PDeCAT del expresident Artur Mas y el PNC de Marta Pascal. Ayer lo dejaron totalmente claro en las elecciones al Parlament. Todas las encuestas coincidían en que el PDeCAT tenía mínimas opciones de estar en la nueva Cámara catalana y el Partit Nacionaliste de Catalunya (PNC) de Pascal, ninguna. Pues bien, los líderes tanto de uno como de otro grupo no tomarán asiento en el Parlament del Parque de la Ciutadella.

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Los de Artur Mas fueron la novena fuerza en número de votos con 76.000 (un 2,72%). Solo acariciaron el escaño al principio del recuento en la provincia de Lleida, pero pronto se desvaneció el espejismo. Lo de Marta Pascal y su PNC, partido creado a imagen y semejanza del PNV de Andoni Ortuzar, fue todavía peor. Los nacionalistas partidarios de que cualquier salida al problema catalán pase por un acuerdo con el Estado fueron la decimotercera formación con un número ridículo de apoyos, menos de 4.500, lo que representa apenas un 0,16% de quienes acudieron a las urnas.

Si hace cuatro años la victoria electoral había sido para Ciudadanos, ayer fue el PSC, encabezado por el exministro de Sanidad Salvador Illa, quien se convirtió en la fuerza más votada, como había pronosticado el CIS de Tezanos. Eso sí, con el mismo número de escaños que Esquerra Republicana.

El votante nacionalista volvió a confiar exclusivamente en las tres formaciones independentistas que ya estaban en el último Parlament, pasando de ofertas más moderadas como las de Mas o Pascal, pero también de novedades como Primariès. Pero con un cambio relevante de cara a la formación del nuevo Govern: por vez primera desde la restauración de la democracia en España los republicanos superaron a los de Puigdemont, en cuyo grupo está una parte significativo del antiguo espacio convergente. La tercera fuerza 'indepe' volvió a ser la CUP, que dobla los escaños que tenía (pasa de 4 a 9).

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Tampoco es que el votante españolista del flanco conservador hiciera ayer una apuesta por la moderación. Muy al contrario. Y es que al tremendo sopapo que recibió Ciudadanos -cuya supervivencia como partido queda claramente en el aire-, el grueso de cuyos votos de 2017 se fueron al flamante vencedor, al PSC, hay que sumar el nuevo revés del PP. Se deja uno de los cuatro escaños que tenía y ve cómo la ultraderecha, Vox, se estrena como cuarta fuerza política en el Parlament con 11 diputados, más que liberales y populares juntos.

Esta dura derrota de los de Pablo Casado, que viene a sumarse a los horribles resultados obtenidos en las generales y en las elecciones vascas del año pasado, debilita un poco más su liderazgo. ¿Al punto de cuestionar su continuidad? No parece. Pero la sombra del gallego Alberto Núñez Feijóo volverá a planear con fuerza sobre la madrileña calle Génova. Ahora viene lo más complicado: formar Govern. Aunque Illa confirmó anoche que se presentará a la investidura, como prometió si ganaba, sus posibilidades parecen nulas. Porque ERC no le apoyará y porque tampoco hay opción de entendimiento con derecha y ultraderecha.

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Parece el momento de ERC. Está por ver con qué socios. JxC presionará con todas sus fuerzas a Junqueras y le acusará de traición si no apuesta por un nuevo Ejecutivo 'indepe'. No es una opción descartable. A fin de cuentas, el soberanismo logró ayer más del 50% de los votos, contando al PDeCAT. Pero republicanos y postconvergencias se profesan un odio visceral. Y es la oportunidad de ERC de enseñar a Puigdemont el camino hacia su final político.

Los republicanos podrían gobernar en minoría con los Comunes, que aguantan sin desgaste, y el apoyo externo del PSC a cambio de su respaldo a Pedro Sánchez en Madrid. Esa era y sigue siendo la fórmula soñada en La Moncloa. Porque mantendría bajo el suflé catalán. Y porque el Gobierno de coalición PSOE-Podemos, que sale de alguna manera reforzado de la cita de ayer, vería despejado su horizonte, con permiso de las salidas de tono de Pablo Iglesias que, parece, no desagradan a los suyos.

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