El PNV lleva al Senado a Beltrán de Heredia, que deja de ser consejera de Seguridad tras 8 años

Ocho años y dos legislaturas después, su salida genera tanto impacto -por inesperada- como entonces provocó su nombramiento. El PNV registró este jueves su nombre como su candidata a senadora autonómica, lo que anticipa su salida del próximo Gobierno vasco. En una breve intervención ante los medios de comunicación tras la intervención de Urkullu en la sesión de investidura, Beltrán de Heredia afirmó que es un «honor» ser propuesta para el Senado y se mostró «ilusionada». «Ha sido un privilegio el poder trabajar para este país durante estos ocho años en el Gobierno vasco», añadió.

La sorpresa viene, en gran medida, porque Beltrán de Heredia es considerada una consejera de la «absoluta confianza» del lehendakari. De hecho, se daba por segura su continuidad. Los que la conocen siempre la han definido como una mujer «afable», pero sobre todo «muy disciplinada». Es decir, no es de esos políticos que elevan la voz o se descuelgan con declaraciones personales para marcar un perfil propio. Gran parte de su trayectoria ha estado ligada al PNV (fue parlamentaria entre 1998-2001 y 2005-2007) y fue diputada alavesa de Agricultura. Sin embargo, fuentes cercanas a la próxima senadora insisten en que, por su carácter, no iba a poner ninguna objeción en el caso de que no repitiese en el cargo. Pero, eso sí, apuntan que hace sólo unas semanas se mostraba dispuesta a continuar una legislatura más.

Tras sustituir a la socialista Idoia Mendia, que ocupó de forma interina el cargo de consejera de Interior, Beltrán de Heredia recibió el encargo de Urkullu de pilotar la transformación de la Ertzaintza hacia una «policía de cercanía» tras el final del terrorismo de ETA. No se trataba de un encargo sencillo. Entre otras razones, porque se trataba de cambiar determinadas «inercias» en un colectivo de unos 7.500 efectivos y «protocolos de actuación» que llevaban muchos años en funcionamiento con el único fin de protegerse de la amenaza de ETA.

Además, la consejera chocó casi desde el primer momento con los principales sindicatos de la Ertzaintza al negarse a dar la luz verde que precisaban los acuerdos laborales a los que habían llegado las centrales con la consejería de Rodolfo Ares. La imagen de los sindicatos protestando con pancartas frente a la puerta del Parlamento vasco ha sido una constante en estas legislaturas. La relación, de conflicto casi permanente, aunque reconducida en parte en el último año con la firma de varios acuerdos, alcanzó su peor momento el 1 de marzo de 2008. Fue una semana después de un ertzaina de Brigada Móvil falleciese en Bilbao durante los disturbios entre radicales del Athletic y del Spartak de Moscú. Ese día 500 ertzainas rodearon al lehendakari y a sus consejeros.

Ahora, se abren las quinielas sobre quién se pondrá al frente del departamento. Uno de los nombres que suena con fuerza es el de Amaia Arregi, concejal de Seguridad de Bilbao. Curiosamente, Arregi fue una de las pocas personas que estuvieron este jueves en el palco de invitados del Parlamento vasco durante el pleno de investidura.