Podemos reta al Parlamento vasco a reclamar una consulta sobre la Monarquía
El PNV tendrá la llave, pero en anteriores ocasiones ha votado en contra al alegar que la Cámara no es el foro apropiado
La forma de gobierno de España volverá a ser tema de debate en un Parlamento vasco de mayoría nacionalista y republicana pero que se resiste a censurar la Monarquía. El día en que Juan Carlos I cumple 84 años y en la víspera de la tradicional Pascua Militar presidida por el Rey Felipe, Elkarrekin Podemos-IU ha registrado este jueves una iniciativa que el pleno abordará previsiblemente en febrero y que pretende instar a las Cortes Generales a «iniciar el proceso de reforma constitucional» para desembocar en un referéndum sobre la Jefatura del Estado. Con el presumible respaldo de EH Bildu, serán los 31 escaños del PNV los que tendrán la llave para decantar la balanza, aunque los antecedentes apuntan hacia su rechazo.
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Y es que no será, ni mucho menos, la primera vez que el Legislativo de Vitoria trate esta cuestión. Es más, lo ha hecho ya durante la presente legislatura, con las mismas mayorías que hoy en día. La última vez fue en octubre de 2020, cuando también Elkarrekin Podemos-IU presentó una iniciativa que reclamaba al Gobierno central –del que formaba y sigue formando parte junto al PSOE– a retirar el título de rey emérito a don Juan Carlos por los escándalos sobre su fortuna. Esta propuesta fue enmendada por EH Bildu con un texto que, entre otros contenidos, sugería la abdicación de Felipe VI y pedía la convocatoria de una consulta. Finalmente ambos grupos acordaron un breve documento: fin de la Monarquía e investigación judicial al antiguo monarca.
Aquella votación se saldó con 27 votos a favor (los que sumaron las dos formaciones de izquierdas) y 48 en contra, incluidos los del PNV, cuya mera abstención habría sido suficiente para que la moción saliera adelante. Los jeltzales se escudaron entonces en que el Parlamento vasco no era el lugar para tratar un tema así y en que la Jefatura del Estado apenas tiene «relación» con Euskadi. «Los vascos no tenemos rey», llegó a proclamar el portavoz, Joseba Egibar, quien cargó contra los proponentes por querer «españolizar» la política vasca. La formación nacionalista había tratado de votar varios puntos de la iniciativa original por separado, pero morados y abertzales acabaron por pactar un texto corrido sin diferenciar apartados.
Todo apunta a que la historia se volverá a repetir en febrero, cuando la Cámara autonómica retomará la actividad ordinaria tras las vacaciones navideñas y el parón de enero, mes inhábil según el reglamento parlamentario. Los seis grupos (PNV, EH Bildu, PSE-EE, Elkarrekin Podemos-IU, PP+Cs y Vox) deberán retratarse nuevamente, aunque sin duda las miradas se posarán especialmente sobre la bancada jeltzale. Desde que accedió al cargo, el lehendakari, Iñigo Urkullu, ha mantenido una relación cordial con la Corona e incluso ha sido recibido por don Juan Carlos, primero, y don Felipe, después, en el Palacio de la Zarzuela. En los últimos tiempos se ha caracterizado por pedir que la Corona se «republicanice» y que se someta a una consulta ciudadana para obtener «legitimación social».
«No es una democracia plena»
Precisamente la fórmula de un referéndum es lo que pone ahora sobre la mesa Elkarrekin Podemos-IU. La iniciativa, firmada por su portavoz, Miren Gorrotxategi, que es doctora en Derecho Constitucional en la UPV/EHU, recuerda cómo Franco nombró a don Juan Carlos sucesor como jefe del Estado, cómo llegó al cargo en 1975, dos días después de la muerte del dictador, y cómo se incluyó la figura de la Monarquía parlamentaria en la Constitución de 1978. Una norma suprema que, apunta, «se votó en bloque y la ciudadanía no pudo decidir sobre un aspecto fundamental de su sistema político como es la forma de gobierno».
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Podemos también recuerda que en 1995 Adolfo Suárez, en un extracto de una entrevista no emitido hasta años después, reconocía que en su día, y pese a la presión de mandatarios europeos, no se organizó un referéndum de estas características porque las encuestas predecían un rechazo de la sociedad española a la Monarquía. «Fue por esa razón que fue incluida dentro de la Ley de Reforma Política, que sentaba las bases de la Transición», expone. «No podemos hablar de democracia plena mientras la Jefatura del Estado sea resultado de la herencia sanguínea», remacha Gorrotxategi.
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