El PNV defiende «institucionalizar» el derecho a decidir por ser «moderno y europeísta»
Los jeltzales, como desveló EL CORREO el 6 de octubre, proponen este objetivo en la ponencia política que ha enviado a las bases de cara a la Asamblea General del 29 y 30 de marzo
«El derecho a decidir es, ante todo, un principio democrático y, por tanto, integrador y moderno. Es eminentemente europeo y europeísta (...) Es un derecho ... inalienable». El Euzkadi buru batzar del PNV, en el borrador de ponencia política que ha enviado a las bases de cara a la Asamblea General que se celebrará el 29 y 30 de marzo en San Sebastián para renovar la cúpula del partido y marcar su hoja de ruta, apuesta de forma decidida y sin ambages por «institucionalizar el derecho a decidir» para lograr la «plena soberanía» dentro de una Europa «federal» y hacerlo, además, convenciendo a España, Francia y a la propia Unión Europea de que modifiquen sus respectivos «marcos legales e institucionales» para conseguir la «plena soberanía de la nación vasca».
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Además de la ponencia política denominada 'Euskadi, Nación en Europa', la militancia ha recibido otros cuatro borradores de ponencias en las que el partido busca identificar los desafíos globales externos y, sobre todo, los retos internos para la modernización de la organización y evitar el temido 'sorpasso' de EH Bildu en el próximo ciclo electoral. Las han bautizado 'Construir una Nación próspera para ser más libres'; 'Una Nación abierta a un mundo mejor, sostenible y en paz'; 'Un partido al servicio de su Pueblo' y 'Una organización democrática'.
En lo referido a la política, el documento, de 19 páginas, recurre de forma constante a lo emocional para reivindicar los derechos que, a su juicio, tiene Euskadi. «El sentimiento y los anhelos democráticos de libertad de un pueblo están muy por encima de cualquier actitud impositiva, por mucho que ésta se pretenda positivar en leyes y hasta en Constituciones o fronteras coyunturales», aseguran antes de subrayar que «el pueblo vasco aspira a mucho más que sobrevivir entre colosos». ¿Cómo? «Impulsando desde la innovación política fórmulas de reconocimiento y respeto a la identidad nacional propia y a su soberanía del siglo XXI».
Destaca cómo el PNV, sabedor de toda la convulsión que generó en Bruselas el órdago del independentismo catalán, hace especial hincapié en su europeísmo y su integración dentro de una UE que no entiende de naciones sin Estado y sí, por contra, de unos Estados miembros (en la actualidad, 27) que ostentan gran parte del poder. De ahí que la pretensión lanzada por el EBB para que se impulse un proceso federalizante dentro del club comunitario no deja se ser, a día de hoy, una suerte de brindis al sol.
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Pese a todo, aseguran que «la construcción nacional de Euskadi necesita un nuevo impulso estratégico que nos obliga», entre otras cuestiones, «a pactar con el Estado un nuevo estatus político basado en el reconocimiento nacional y del derecho a decidir del pueblo vasco». Un acuerdo, apostillan, «que garantice la bilateralidad política que contiene el Concierto Económico».
Choque con los socialistas
Una hoja de ruta de plena actualidad ya que Andoni Ortuzar, sin conocerse aún si seguirá al frente del partido, está reuniéndose con los líderes del resto de partidos vascos para afrontar el debate sobre el futuro ordenamiento jurídico llamado a superar el Estatuto de Gernika. No será fácil. Estos postulados chocan de lleno con los defendidos por el PSE-EE, socio de los jeltzales en las principales instituciones vascas. Su secretario general, Eneko Andueza, ya ha advertido de que el llamado derecho a decidir es una línea roja infranqueable para su formación. Su rechazo es tal que en el PNV creen que es más factible alcanzar un acuerdo con Pedro Sánchez en Madrid y que luego el presidente del Gobierno llame a capítulo a Andueza para que cambie de opinión.
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Cosa diferente es el reconocimiento de la nación vasca, donde los socialistas se muestran mucho más flexibles. Eso sí, no quieren ni oír hablar de eso que los nacionalistas denominan «nuevo estatus» y limitan el debate a la aprobación de un nuevo estatuto de autonomía.
Además de la defensa del reconocimiento del derecho a decidir y de la nación vasca, el EBB aprovecha la ponencia política para cargar duramente contra la izquierda abertzale sin mencionarla de forma implícita: «Hemos superado la violencia y el terrorismo, pero los actores políticos que lo apoyaron tienen pendiente una reflexión ética sobre su trayectoria que reconozca el daño injusto causado». En este sentido, el documento asegura que «deben reconocer el deterioro que produjeron en nuestra convivencia, en nuestro desarrollo social y económico y en nuestras aspiraciones políticas, así como el empobrecimiento de la calidad de nuestra democracia».
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Proceso «recentralizador»
Por otra parte, critican el «proceso de recentralización» impulsado por el Estado y que su juicio está «revirtiendo los pactos y los consensos alcanzados tras la dictadura, debilitando nuestro autogobierno, el principio del Estado de Derecho y la propia democracia». En este sentido, admiten que la pandemia les descolocó puesto que la «agenda vasca pasó a un segundo plano». «Los partidos de ámbito estatal instrumentalizan los asuntos vascos para sus propios intereses y están promoviendo activamente la recentralización», critican.
Al final, deslizan, es más importante el quién que el qué, de ahí la necesidad de recuperar protagonismo. «El mensaje que se utiliza como mecanismo es que lo importante son las medidas, no quién las toma. Se invaden así claramente ámbitos competenciales vascos, que objetivamente reducen nuestra capacidad de autogobierno y que agravan los problemas que pretendían resolver».
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