Otegi evita condenar los últimos ataques a partidos, pero rechaza que EH Bildu esté «detrás»

Arnaldo Otegi se ha referido al acuerdo alcanzado la semana pasada en el Congreso por el PSOE, Unidas Podemos y EH Bildu para derogar la reforma laboral y dar mayor capacidad de financiación a los ayuntamientos de Euskadi y Navarra. El documento generó una enorme tormenta política, abrió fisuras en el Gobierno y obligó a los socialistas a una rectificación solo horas después de suscribirlo. El peso de la negociación por parte del PSOE lo llevó la portavoz en la Cámara baja, Adriana Lastra, y hacia ella se han dirigido muchas miradas. Pero Otegi tiene claro que la responsabilidad sobre lo firmado va mucho más allá: «No me cabe la menor duda de que Sánchez conocía el acuerdo».

El pacto llegó tras una intensa jornada de negociaciones abiertas por el Ejecutivo para cosechar los votos necesarios y lograr la quinta prórroga del estado de alarma. Y en esa partida a varias bandas, el Gobierno tanteó a Bildu. La confusión fue todavía mayor porque, finalmente, los votos de la coalición soberanista no fueron necesarios ya que La Moncloa obtuvo el aval del PNV y Ciudadanos. Una apuesta por la «geometría variable» que Otegi, en declaraciones a Radio Euskadi, también ha puesto en tela de juicio. De hecho, el líder de EH Bildu ha advertido a Sánchez de que «no le va a funcionar».

Otegi ha instado al presidente a seguir apostando por la mayoría de la investidura, en la que participó EH Bildu «no porque tengamos demasiada confianza en este Gobierno», sino porque «para a la derechona». Después de la jornada vivida ayer en el Congreso, el dirigente abertzale está convencido de que «el Estado profundo está intentando derrocar al Gobierno» con una «estrategia a la venezolana», en la que se mezclarían campañas políticas, «gente en la calle» y «jueces a la gresca».

Otegi, que ha reconocido la relación «fluida» que mantiene con Pablo Iglesias, también ha recordado que «Marlaska me metió tres veces en la cárcel» y ha alejado la posibilidad de un tripartito de izquierdas entre Bildu, Podemos y el PSE. Una hipótesis bastante complicada de llevar a la práctica pero que había cogido vuelo a raíz del acuerdo de la semana pasada en el Congreso. A su juicio, si el PNV y los socialistas pueden, volverán a formar un Gobierno de coalición. «Que no le quepa la menor duda a nadie». Otegi ha recalcado que, además, la única vía para que esa posible alianza progresista saliese adelante sería con Maddalen Iriarte como lehendakari, ya que, previsiblemente, EH Bildu tendrá más votos que el PSE. O lo que es lo mismo, ha descartado situar a Idoia Mendia en Ajuria Enea con el aval de Bildu. En un tono muy duro, ha criticado la actitud «soberbia» del PNV, aunque ha considerado «positivo» el acuerdo alcanzado ayer en el Congreso entre los jeltzales y el Gobierno sobre el Ingreso Mínimo Vital.

Otegi también se ha desmarcado de las últimas pintadas realizadas en sedes de partidos en apoyo al preso Patxi Ruiz. Pero no las ha condenado. De hecho, ha insistido en el argumento habitual de la izquierda abertzale de que la condena de este tipo de acciones no lleva a ningún sitio e incluso ha colocado a su formación también como víctima de esos sabotajes. Otegi, sin querer aludir de forma directa a los disidentes del Movimiento pro Amnistía, ha recalcado: «No estamos detrás de esos ataques. Todo el mundo sabe quién lo está». «Es mezquino pensar que estamos nosotros detrás cuando el otro día estaban gritando 'PSOE asesino Bildu colaborador'»