La ronda de conversaciones que el reelegido secretario general del PSE, Eneko Andueza, mantendrá con los líderes de los demás partidos vascos coincide en el ... tiempo con el interregno que vive su socio de gobierno, el PNV, entre las últimas semanas de la presidencia de Andoni Ortuzar y la proclamación definitiva de Aitor Esteban para relevarle. Siendo previsiblemente la cita de Andueza con Arnaldo Otegi la que más vaya a resonar entre las paredes de Sabin Etxea. Los integrantes de una coalición mantienen su legítima potestad para relacionarse por separado con cada una de las formaciones que, en este caso, se sitúan en la oposición. Pero es inevitable que tal actuación genere algún recelo en el otro partenaire de gobierno. Sobre todo si da lugar a acuerdos significativos al margen del pacto de coalición.
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El propio Eneko Andueza reaccionó muy críticamente ante la noticia de que el PNV podría aliarse con EH Bildu para hacer frente a la rebaja judicial del conocimiento del euskera en las OPE. Un compromiso que sería especialmente significativo en tanto que los socialistas comparten con los jeltzales la responsabilidad institucional sobre las administraciones ofertantes de empleo público. Pero una ronda por las sedes de los demás partidos representa también un tanteo formalizado en busca de alianzas alternativas a las vigentes. Teniendo en cuenta que, antes y ahora, la política partidaria se basa en que cada sigla se revalorice demostrando que es capaz de cambiar de coalición.
Andueza se ha mostrado leal al vínculo que une a su partido con el PNV al frente de las instituciones vascas, y a la vez receloso ante la eventualidad de que los jeltzales y la izquierda abertzale acaben conformando una mayoría soberanista que desborde la constitucionalidad. Pero él es consciente de que tal posibilidad resulta más remota que la hipótesis de que los socialistas acaben apoyando a un lehendakari de EH Bildu.
El mundo se ha vuelto aún más desconcertante incluso de lo que estuvo con la pandemia, anteayer mismo. Y no hay nada imposible en el horizonte próximo. Frente al conservadurismo etimológico vasco, que se ha acomodado desde la Transición en el 'buen hacer' jeltzale, en cualquier momento podría alzarse la revancha latente de quienes en su ADN portan el mandato de acabar con la hegemonía del partido fundado por Sabino Arana.
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Andueza es más consciente que nadie de que, junto a su ronda de contactos, discurre el tiempo de descuento de los años precisos para que 'las izquierdas vascas' apeen al PNV del gobierno de las instituciones de Euskadi. Para que el blanqueamiento de la izquierda abertzale sea total gracias al olvido. Aunque tal proceso tendría que concurrir con la perpetuación del sanchismo en el Gobierno de España frente a Donald Trump y su saga.
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