Armas y material incautado a Terra Lliure en 1981.

Historia del terrorismo en España: los «imitadores» de ETA

El historiador Gaizka Fernández Soldevilla repasa en un libro todos los grupos terroristas que han atentado en España, desde los más pequeños hasta el Daesh

Sábado, 1 de mayo 2021

El libro se presentará el jueves en Bilbao.

Durante las décadas de 1950 y 1960 entraron en escena diferentes grupos terroristas. No solo ETA, sino también otras siglas en comunidades autónomas como Cataluña, ... Galicia y Canarias que vieron en lo que estaba ocurriendo en Euskadi un espejo en el que mirarse. El historiador Gaizka Fernández Soldevilla los califica, salvando las distancias, de «imitadores» y se refiere a ellos en un capítulo de su último libro 'El terrorismo en España. De ETA al Daesh' (Editorial Cátedra), que se presentará el próximo jueves en Bilbao.

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Hablamos de «jóvenes con formación universitaria e inquietudes sociales» a los que la dictadura no hizo más que ayudar a «reforzar el antiespañolismo». «Es también un momento en el que al País Vasco, al igual que a Cataluña o Galicia, llegan en busca de trabajo personas de otras zonas que no saben, en el caso de aquí, euskera. Sienten que la lengua se pierde y eso es algo que se identifica con la idea de la patria», explica el autor de la obra. Una nueva generación que rompe con los partidos nacionalistas tradicionales y que opta por el uso de la violencia.

- ¿Qué les hace fijarse en ETA?

- Les deslumbra el protagonismo que tiene desde 1968. Acaba de matar a José Antonio Pardines y a Melitón Manzanas y, su presencia mediática es tremenda. Piensan: si esos chavales han conseguido algo así, ¿por qué nosotros no? ETA lo sabe y lo aprovecha.

- ¿A qué se refiere?

- Sabe que si existe terrorismo en otros lugares, bajará la presión policial en Euskadi.

Varios grupos se acercan a ETA en busca de formación y ayuda material. «Son quienes tienen dinero y contacto con traficantes de armas», apunta Fernández Soldevilla. Curiosamente este lunes se cumplen tres años del acto de entrega de armamento que la banda protagonizó en la localidad francesa de Cambo. «ETA militar da cursillos a preterroristas de Galicia y Cataluña. Incluso les hace entrega de un 'pack' de promoción», revela. Está formado por dos subfusiles Stein, cinco pistolas Firebird, 1.500 balas, cinco kilogramos de goma 2, cordón detonante y mecha lenta.

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Desde que el 27 de junio de 1960 una bomba del DRIL acabara con la vida de la pequeña Begoña Urroz, de tan solo veinte meses, en San Sebastián, el terrorismo ha causado en España 1.451 asesinatos y 4.983 heridos, según las cifras registradas por el Ministerio del Interior. ETA ha sido la más longeva y la que mayor número de víctimas mortales ha causado, más de 860. Si Begoña fue la primera niña reconocida como víctima de un grupo terrorista, José María Piris, de trece años, fue el primer menor muerto a manos de ETA. La banda acabaría después con la vida de otra veintena de niños.

Nada tiene que ver la trayectoria de ETA con la que siguieron sus «imitadores». Ni en duración ni en atentados. Los grupos que operaron en Cataluña, Galicia y Canarias asesinaron a nueve personas.

Cataluña

Al igual que habían hecho las distintas ramas de ETA, EPOCA (Ejército Popular Catalán) se negó a aceptar la oportunidad histórica que supuso la amnistía del 77. Cometió tres asesinatos en Barcelona de «gran impacto» debido, apunta Gaizka Fernández Soldevilla, al «método salvaje que utilizaron». Fueron los del presidente de Cros SA José María Bultó -el móvil era la extorsión- y los del exalcalde Joaquín Viola y su mujer, Montserrat Tarragona. Los terroristas adhirieron al pecho de sus objetivos, los dos hombres, una bomba con un mecanismo de liberación por presión. Intentar despegarla provocaba su explosión. Viola estaba encerrado en una habitación junto a su esposa, lo que hizo que al estallar la bomba ambos fallecieran.

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Cuando EPOCA desaparece acaba de nacer Arxiu, germen de lo que sería Terra Lliure. Como pago a la ayuda prestada, los terroristas vascos llegan a exigirles atentar contra intereses franceses en Cataluña para reivindicarlos en nombre de la rama militar de ETA.

En 1987 Terra Lliure detonó una bomba en un juzgado de Lleida. La explosión acabó con la vida de una mujer que dormía en la casa de al lado. El terrorismo catalán arrojaría otras dos víctimas mortales. Hasta que el atentado de Hipercor les hizo marcar distancias con ETA.

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Galicia y Canarias

Dos fueron las víctimas mortales que el terrorismo gallego causó en casa. Sus autores pertenecían al Exército Gerrilheiro de Povo Galego -aglutinaba a algunos exmiembros de Loita Armada Revolucionaria, con los que ETA había entrado en contacto en 1978-. Este grupo llevó a cabo 73 atentados. Destruyó con una bomba la residencia veraniega del político del PP Manuel Fraga. También asesinó a un guardia civil en 1989 y un año después, un artefacto en una discoteca en Santiago de Compostela -como parte de una campaña contra la droga como las que decía llevar a cabo ETA- acabaría con la vida de una joven estudiante viguesa.

Una bomba del Movimiento para la Autodeterminación de Independencia del Archipiélago Canario (MPAIAC) acabaría con la vida de un artificiero de la Policía Nacional en Tenerife. Además, y de forma indirecta, este grupo favoreció que ocurriera la mayor catástrofe en la historia de la aviación. Hicieron estallar un artefacto en la floristería del aeropuerto de Gando (Gran Canaria) y la amenaza de una nueva explosión obligó a desviar los vuelos. Con la confusión, dos Boeing 747 colisionaron. Fallecieron 583 personas.

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- ¿Por qué estos grupos desaparecieron relativamente pronto, a diferencia de ETA?

- Porque muchos llegan tarde. No logran una fuente de financiación estable y les falta un 'santuario', que para ETA fue Francia. Y lo más importante, a diferencia de Euskadi, no consiguen un entorno que les proteja. El nacionalismo radical es marginal y el rechazo social y político a los atentados es total.

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