La familia Buesa dice que «capas enteras de la sociedad viven indiferentes» ante la violencia

Sara Buesa reivindica la memoria de su padre y la de Jorge Díez: «Es difícil explicar el dolor de tu ausencia»

Sábado, 22 de febrero 2025, 21:13

Un cuarteto de cuerda con la pieza central de 'Los niños del coro' abrió ayer el vigesimoquinto 'in memoriam' por Fernando Buesa y Jorge Díez ... Elorza. La hija menor del que fuera vicelehendakari, Sara Buesa, advirtió que «todavía hay capas enteras de la sociedad que no se miran, que viven indiferentes en círculos cerrados». Lo hizo pocos días después de reclamar en este diario junto a sus dos hermanos –Marta yCarlos–, «un gesto de la izquierda abertzale y del entorno de ETA».

Publicidad

La cita llegaba pocas horas después de la ofrenda floral silenciosa celebrada por ambas familias ante el monolito colocado donde fueron asesinados. Allí, Begoña Elorza –la madre del ertzaina Jorge Díez, asesinado junto a Buesa–, se dirigió directamente a Pello Otxandiano y otros miembros de EH Bildu y les afeó su presencia en el acto. Los representantes de la coalición terminaron por abandonar la concentración. Con este antecedente que evidencia cómo el terrorismo de ETA sigue recorriendo la vida de muchos vascos que sufrieron el acoso de los violentos, el acto celebrado a la tarde en el Palacio Europa se convirtió en un alegato en favor de las víctimas, de la convivencia y en la necesidad de que la izquierda abertzale dé más pasos para desmarcarse de su pasado.

En un emotivo discurso, Sara Buesa recalcó que «tengo mis afinidades, pero siento que mi vida está entretejida por gente diferente y soy consciente de que todos nos necesitamos y tenemos un futuro compartido» y apostó por «una construcción social integradora». Dirigiéndose a su padre, encarnado por una rosa colocada sobre el escenario, recordó «cuántas rosas repartiste y cuántas hemos ofrecido en tu memoria para recordar una vida arrebatada. Es difícil explicar el dolor de tu ausencia. Cada año, me quedaba las rosas para sentirte unos días más, hasta que se secaban y se cerraba el ciclo».

Cuando se cumple un cuarto de siglo del asesinato del que fuera también diputado general de Álava, parlamentario y juntero, Sara Buesa se dirigió a él. «Tú encontraste tu razón de ser y de vivir en tus principios» y le reivindicó como «un hombre de paz». También agradeció su labor a «quienes luchasteis por la democracia porque fuisteis especiales. Teníais un sentido del compromiso cívico que hoy se ha perdido».

Publicidad

«Un rastro de huellas»

En tono personal, confesó que «siento que me has dejado un rastro de huellas y señales para que siguiera» y rememoró la última charla que mantuvo con su padre poco antes de que saliera a trabajar por última vez. «Yo me había saltado una clase de del Conservatorio.Me dijiste que era como tú, que nos metíamos en muchas cosas a la vez, y había que priorizar. Los dos somos malos en eso. Y recuerdo que, al marchar, dijiste que hacía frío. Yo sigo teniendo frío». Sara Buesa zanjó que «tu legado, proyectado desde el amor, es lo que me da fuerzas para enfrentarme a un mundo donde hay gente que mata».

En un tono más duro, José Antonio Díez, padre del ertzaina y escolta de Buesa Jorge Díez, recordó que «ETA se ha acabado pero las víctimas están ahí. Algunos sectores de la sociedad, quienes creían que la violencia era necesaria, deberían dar pasos. Lo que vemos las víctimas es la incomprensión, a quienes miran para otro lado y a algún sector que sólo se mueve para que los asesinos estén el menor tiempo posible en la cárcel».

Publicidad

El padre de Jorge Díez participó en una mesa redonda moderada por la periodista Eva Domaika. También tomaron la palabra una amiga de la familia, Isabel Morcillo, Maite Leanizbarrutia, de Gogoan por una memoria digna, la escritora Irati Goikoetxea, el historiador Endika Delgado y Martín Recalde, nieto de José Ramón Recalde y Teresa Castells.

Endika Delgado, que es el joven que advirtió de que la tumba de Buesa había sido atacada con pintura y heces hace unos años, admitió que «tengo un sentimiento de incomprensión por ver cómo tus vecinos han sufrido todo esto». Por su parte, Martin Recalde recordó que «mis abuelos – propietarios de Lagun– se opusieron a la dictadura y acabaron escoltados por ETA. Y yo he escuchado que mis abuelos no eran vascos, cuando no había nadie más donostiarra. O que eran fascistas cuando el abuelo estuvo en la cárcel con Franco y fue torturado. Quieren reescribir la historia».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad