El PNV elige cargos de bajo perfil político para el Tribunal de Cuentas que deja José Luis Bilbao

Con tres miembros de bajo perfil político, los jeltzales tratan de neutralizar las dudas sobre la imparcialidad del ente que controla las cuentas de administraciones públicas y partidos. Suspicacias que en 2015 alcanzaron su cénit al conocerse que un cualificado militante de la talla de Bilbao pasaba de diputado general de Bizkaia a presidir el TVCP en apenas 48 horas. Aquel movimiento, de hecho, motivó un profundo debate político que desembocó hace solo un mes en una reforma legal. Ese cambio no ha puesto coto a las llamadas «puertas giratorias», pero sí ha elevado las mayorías para elegir a los miembros, lo que en la práctica dificulta que se repitan casos así.

La designación de Helguera, que junto al resto de vocales deberá ser escogida antes de fin de año por al menos 45 de los 75 parlamentarios vascos, cumple con el guion previsto. Licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales, su trayectoria está estrechamente ligada al Tribunal de Cuentas desde 1992. Acumula casi tres décadas de experiencia solamente interrumpidas por un periplo político de cuatro años. Entre 2011 y 2015 fue concejala de Hacienda, Promoción Económica y Recursos Humanos en Getxo con Imanol Landa como alcalde. Después volvió al órgano fiscalizador, donde ha sido la principal asesora de Bilbao como auditora jefa.

Entre los tres vocales propuestos por el PNV destaca sobremanera el nombre de Josu Zubiaga, viceconsejero de Seguridad durante toda la 'era Urkullu'. Primero fue el 'número dos' de Estefanía Beltrán de Heredia y ahora lo era de Josu Erkoreka. Al igual que la futura presidenta, su carrera profesional también está relacionada con el propio tribunal, donde ingresó en 1989 y cuenta con una plaza en propiedad. También ha sido director de Servicios del Departamento vasco de Hacienda y director del fisco foral alavés. El cupo jeltzale lo completará Jaime Domínguez-Macaya, hasta ahora concejal de Hacienda y Finanzas en el Ayuntamiento de San Sebastián.

Como en el anterior mandato, la vicepresidencia quedará previsiblemente en manos del PSE, que vuelve apostar para el cargo por José Ángel Quintanilla, funcionario del tribunal desde 1991. La otra candidata propuesta por los socialistas es Inmaculada Anda, que procede de la Diputación de Álava. Los partidos que sustentan el Ejecutivo autonómico contarán así con cinco de los siete puestos del pleno, lo que les garantiza el control del ente y la configuración de su estructura interna, que será votada por los propios vocales tras ser elegidos por el Parlamento.

En un reparto que en poco se parece a la representación de cada grupo en el Parlamento vasco, los dos asientos restantes corresponderán a EH Bildu y PP+Cs. La coalición abertzale vuelve a apostar por Xabier Txokarro, vocal desde 2015 proveniente de la Cámara de Comercio de Gipuzkoa. La alianza constitucionalista también mantendrá a su actual consejera, Teresa Crespo, en el tribunal desde 2009 tras haber sido vicepresidenta de la Caja Vital. Por su parte, Elkarrekin Podemos-IU, vistas las nulas probabilidades de que prosperara, renunció a presentar a un candidato «para no marcarle».

La renovación del Tribunal Vasco de Cuentas Públicas supondrá la puesta en práctica definitiva de su reforma, que no sólo ha elevado las mayorías de elección y los requisitos técnicos demandados a los vocales. También ha concretado los supuestos de recusación y abstención de los mismos; esto es, cuándo se deben apartar de un expediente al haber un conflicto de intereses. Tendrán que hacerlo, entre otros casos, cuando hayan gestionado las administraciones objeto de fiscalización.