Los desaires de Sánchez desesperan al PNV
El acuerdo con EH Bildu sobre un tema clave como el Concierto que ya estaba negociando el Gobierno vasco es la gota que ha colmado el vaso
Viernes, 18 de noviembre 2022, 23:37
La imagen era de esas que por lo que simbolizan suelen marcar gran parte de la agenda. Lo fue el 18 de julio de 2017, ... cuando el Gobierno de Mariano Rajoy y el de Iñigo Urkullu pactaron la 'paz fiscal' con la ratificación de la Ley Quinquenal del Cupo. La que se pudo ver el jueves en la sede del Ministerio de Hacienda también era relevante porque se trataba de regular las nuevas relaciones financieras entre Euskadi y el Estado hasta 2027. La ministra María Jesús Montero se sentó con la delegación vasca, formada por los consejeros Pedro Azpiazu y Olatz Garamendi y los diputados generales Unai Rementeria, Ramiro González y Markel Olano, para firmar un «acuerdo histórico». Todos del PNV. Pero la fotografía perdió brillo de forma instantánea porque casi al mismo tiempo EH Bildu se apuntaba un tanto político tras alcanzar otro acuerdo con el Gobierno de Pedro Sánchez. El enfado en Sabin Etxea fue mayúsculo. Y no es la primera vez.
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Lo que había conseguido la coalición soberanista era que Euskadi, a través de las haciendas forales, gestione las nuevas tasas a las compañías energéticas y a la banca. No se trataba de la importancia real de lo acordado, en realidad se daba por seguro que iba a ser así. Pero lo que escoció al PNV fue la sensación de sentirse traicionado. Porque era un logro que los jeltzales esperaban apuntarse a corto plazo. El malestar se hizo visible a través de una nota oficial en la que se minimizaba el papel de EH Bildu.
Detrás de esa pelea se esconde la política de alianzas que ha construido Pedro Sánchez para mantenerse en La Moncloa. Sobre el papel, el «socio preferente» sigue siendo el PNV, algo que recuerda el Gobierno cada vez que la formación liderada por Andoni Ortuzar muestra su enfado. Pero la realidad es que los jeltzales no lo tienen tan claro y no ocultan su desagrado con la actitud del presidente, tanto por sus formas como por el fondo.
Los dirigentes del PNV censuran, por ejemplo, la lentitud que tiene el Gobierno a la hora de cumplir los acuerdos pactados o su capacidad para comprometerse a realizar gestos que luego no acaban de materializarse. Las competencias que faltan por llegar del Estatuto, una materia en la que ha habido notables avances durante los últimos años, también se han convertido en motivo de enfado en Sabin Etxea. Básicamente, porque se considera que Sánchez sólo se pone las pilas cuando ve que peligran sus Presupuestos. La sensación es que el presidente «no es de fiar», que está haciendo un «doble juego» con EH Bildu y que solo trabaja su propio «personalismo».
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Sabin Etxea no oculta su desagrado por la actitud del presidente, tanto por sus formas de hacer política como por el fondo
La carta del lehendakari
Esta misma semana, el PNV también se sumó a la ola de críticas por lo sucedido en la valla de Melilla el pasado mes de junio y acusó directamente a Fernando Grande-Marlaska de mentir. Los ejemplos son diversos y abarcan diferentes frentes. El presidente tampoco ha contestado a la carta que le remitió el lehendakari el pasado mes de septiembre para acercar posturas sobre autogobierno. En un partido como el PNV tampoco gusta la forma de hacer política de Sánchez. A base de golpes de efecto, como anunciar la rebaja del delito de sedición en una entrevista en televisión, lanzar el globo sonda de que podría hacer lo mismo con el de malversación...
Un clima tormentoso que, sin embargo, no desembocará en nada porque el PNV sabe que dejar caer a Sánchez facilitaría la llegada de Alberto Núñez Feijóo. Y el problema no es el presidente del PP, sino que, según todas las encuestas, vendría acompañado de Vox. Un enfado mayúsculo que no desembocará en ruptura al menos hasta las próximas elecciones.
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