El líder del PSE reconoce la «estabilidad» con el PNV pero abre la puerta a «otro camino»

Los socialistas vascos abren una nueva etapa de la mano del último valor de la prolífica cantera del socialismo eibarrés, localidad icónica para los republicanos y sobre la que ahora está puesto el foco al haberse convertido en uno de los laboratorios municipales en los que PSE y Bildu estrechan lazos. Ése será el primer gran reto de Andueza: decidir si mantiene los pactos con el PNV o mira hacia la izquierda en el próximo ciclo electoral.

El nuevo líder del PSE-EE dejó este domingo abierta la puerta a todas las opciones. Alabó la «estabilidad» que ofrecen los acuerdos con el PNV pese a que lleva semanas advirtiendo a Sabin Etxea de que hay otras alternativas. Los socialistas vascos se ven situados en «el centro del tablero» político. «Todos nos miran», insistió este domingo Andueza. A pocos metros escuchaban Pedro Sánchez y la cúpula de Ferraz. Delante de ellos se estrenó llamando a «repensar el pueblo» y reivindicando que «otro camino es posible» en Euskadi.

La declaración de intenciones, de momento, no va más allá. El 'nuevo' PSE-EE se considera clave para la conformación de un tripartito de izquierdas que pueda desbancar al PNV de las instituciones y va a explotar esa carta durante los próximos meses, pero fuentes del partido reconocen que ahora mismo no se dan las bases para pasar de las advertencias al 'sorpasso'. Lo vino a decir Andueza este domingo al asegurar que su formación solo apoyará «sumas de la estabilidad y la convivencia» y a quien «se aleje del ruido, la división y las obsesiones soberanistas».

El recado del líder socialista tiene doble destinatario. Primero, los jeltzales. Los socialistas se congratulan en público y en privado de que su pacto institucional con el PNV haya hecho que los nacionalistas aparquen las reivindicaciones identitarias para centrarse en la política «útil». De seguir así la coalición podría repetirse. Pero, mirando al largo plazo, el líder socialista también reconoció que hacer políticas de izquierdas sería más sencillo con socios de izquierdas.

Para eso, se reclama a EH Bildu que se desmarque del pasado violento de ETA. Y no solo eso. La izquierda abertzale también tendría que moderar sus postulados más ligados al soberanismo radical. Andueza recordó sus orígenes zamoranos y rompió a llorar al levantar de su asiento a su abuelo, un labrador de 92 años represaliado por el franquismo, al que puso como ejemplo de la Euskadi plural por la que trabaja su partido: «Nos negamos a ser clasificados, son igual de vascos los que han nacido en Azpeitia o en Cáceres».

Andueza reunirá en los próximos días a su ejecutiva. Una dirección que ha renovado, y rejuvenecido, considerablemente. Suma trece caras nuevas, mantiene otras trece y deja vacante el puesto de presidente, cargo más honorífico que ejecutivo, que ocupaba desde 2017 Iñaki Arriola. El 'padre' político del nuevo líder da un paso a un lado para centrarse en su labor de consejero. Se mantiene en la dirección el núcleo duro que rodeó a Mendia: Miguel Ángel Morales será el 'número dos' y Begoña Gil la 'tres'. Se estrenarán, entre otros, el consejero Javier Hurtado, el parlamentario Ekain Rico y la concejala bilbaína Nora Abete, miembros de la bautizada como 'generación Andueza'. La llamada a sostener el PSE-EE los años venideros.