La Lotería Nacional de hoy sábado: comprobar resultados del 6 de diciembre
El candidato a lehendakari, Pello Otxandiano, en un acto de precampaña. EFE

Tenemos suerte... de momento

Más allá de la pugna PNV-EH Bildu por la victoria, el escenario postelectoral parece encaminarnos sí o sí a un nuevo Gobierno PNV-PSE, ya veremos si con mayoría absoluta o no

Viernes, 29 de marzo 2024, 00:02

Llegaron las vacaciones de Semana Santa. Y con ellas hemos podido dejar de escuchar el griterío tabernario y soez en el que ha derivado el ... debate político en Madrid. El nacionalismo vasco dispone así de un ambiente más propicio para centrar la precampaña para los comicios autonómicos del 21 de abril en 'lo vasco'. Por ahora, con magros resultados.

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Sea por estos días de asueto. Porque los máximos candidatos a Ajuria Enea (el jeltzale Pradales y el abertzale Otxandiano) son casi unos desconocidos. Porque soltar cuatro frases hechas ante unos pocos militantes ya no atrae a nadie. O porque más allá de la pugna PNV-EH Bildu por la victoria, el escenario postelectoral parece encaminarnos sí o sí a un nuevo Gobierno PNV-PSE, ya veremos si con mayoría absoluta o no. Lo cierto es que los partidos no logran captar el interés ciudadano.

Y eso que, esta vez sí, la precampaña se viene centrando en las 'cosas de comer'. El nuevo aspirante jeltzale a la Lehendakaritza intenta combatir el cabreo ciudadano con la deficiente gestión del Gobierno Urkullu en materia sanitaria con promesas y más promesas. El lugar elegido para lanzarlas, casi todos los días es esa Álava en la que la pugna PNV-EH Bildu parece más cerrada. El territorio menos fiel a un partido. Y el que tiene a un mayor porcentaje de población descontento con el Ejecutivo saliente. Y con razones objetivas para ello.

EH Bildu por su parte camina por esta precampaña casi sin hacer ruido. Consciente de que el viento -el desgaste del PNV y la descomposición del espacio político situado a la izquierda del PSOE- sopla a su favor. Blanqueada por Pedro Sánchez y a sabiendas de que muchos vascos han pasado la página del terrorismo etarra pese a que los herederos de Batasuna jamás han abjurado de su apoyo a ETA, la coalición de Otegi ha rebajado su discurso soberanista hasta mejor ocasión.

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Nada que ver con el clima que se vive otra vez en Cataluña. Con Puigdemont, Esquerra y otras planchas independentistas -desde la CUP a la ultraderecha pasando por la Asamblea Nacional Catalana- exigiendo, de nuevo, un referéndum para la independencia. Y, en el caso del huido expresident, amenazando otra vez con la vía unilateral. Es decir con saltarse las leyes, razón por la que huyó de España para no tener que enfrentarse a sus responsabilidades penales ante la Justicia.

No parece que la amnistía promovida por Sánchez para mantenerse en el poder esté trayendo la recuperación de la convivencia. No, salvo que las urnas digan en mayo lo contrario y dejen en clara minoría a las opciones rupturistas.

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En Euskadi todo parece más claro. Según las últimas encuestas, el nacionalismo institucional y el radical -que sigue jaleando a etarras presos por sus crímenes, por ejemplo en la reciente Korrika, ante el vergonzoso silencio de las máximas instituciones de Euskadi y Navarra- pueden llegar a sumar el 21-A hasta 58 de los 75 escaños que integran el Parlamento vasco. Serían seis más de los 52 que tienen ahora, su récord.

PNV y EH Bildu admiten que aguardan el momento adecuado para desempolvar sus exigencias nacionales. Tal vez entonces algunos que proyectan abstenerse el 21-A lamenten haberse quedado en casa.

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