Ruta hacia la ermita de San Clemente de Gerediaga y su historia

A la altura de Salbatore, en Gerediaga, olvida el vial y cruza bajo la A-8 primero y sobre la N-634 después. Ninguna carretera, por ancha que sea, puede pararte. Accede, así, a Matiena por Laubideta. Habrás salido de la cota de 290 metros, bajando por la ladera sur del monte Oiz al fondo del valle, mientras combinas zonas despejadas y con otras sombrías.

A lo largo del camino que toca seguir encontrarás la ermita de San Salvador y San Clemente de Gerediaga, donada por las Juntas Generales de Bizkaia en 2003. Allí tenían lugar, antaño, las Juntas Generales de la Merindad de Durango, reuniones para dirigir los asuntos vecinales. La historia del templo y de estos encuentros recuerda que hace siglos el Duranguesado disfrutaba de una vida política independiente. Gracias a ello, decidía sobre sus propios asuntos. Incluso llegó a ser frontera con el Reino de Navarra en una época en la que vivió separada de Bizkaia.

Más aún, a la hora de participar en las Juntas Generales de Gernika, no lo hacían con representantes de las anteiglesias, sino con los de las Juntas de Gerediaga, que se distribuían de la siguiente manera: 2 desde el año 1628, 5 a partir de 1740 y 8 desde 1800. Ya, que saber todo esto no hace falta para caminar, pensarás, pero es bueno para tener claro por dónde lo haces. Un poco de historia ayuda a que las sendas por las que practicas deporte adquieran, además de la función obvia para la que las usas ahora, un sentido cultural. Para ser conscientes de que el asfalto que pisas fue antaño camino y que otros pies distintos a los tuyos se enfrentaron a una vida también diferente de la actual. En fin, no te entretenemos más. Puedes regresar ya sin prisas.