Los mejores planes culturales para este fin de semana

El festival Topaklown de Durango, que se celebra en Semana Santa desde 2013, regresa este año tras la suspensión de 2020. Aunque todavía no se han recuperado los encuentros y debates profesionales, el programa anima la cartelera en unas fechas en las que muchos teatros municipales solo ofrecen cine. Del 1 al 4 de abril, habrá espectáculos gratuitos para todos los públicos en Landako Gunea (12.00 y 17.30 horas), con artistas como Maite Guevara, y de pago (8 euros) en San Agustin Kultur Gunea para jóvenes y adultos, con pases a las 17.30 y 19.30 horas.

'Secuestrados' es «un espectáculo gamberro de improvisación teatral»; en 'eMe' Carlo Mô aparece suspendido en equilibrio sobre unas muletas, formando la imagen de esta letra, y busca soluciones «a cualquier tipo de minusvalía física o emocional»; 'Adela eta Martirio Bernarda Albaren etxean' se inspira en Lorca para plantear «distintas formas de afrontar el desamor y la libertad» y el estreno de 'Karrikan', también en euskera, parte de una imagen inquietante: ocho personas caminando por una calle del pueblo con la cabeza metida en una caja. Todo un abanico de propuestas protagonizadas por clowns, «esos héroes de lo cotidiano» que reflejan nuestro lado más primario, imperfecto y humano.

Los actores Lander Otaola e Ylenia Baglietto son pareja en la vida real y ahora sobre el escenario. 'Amor y humor', que se representa el sábado en el Euskalduna, surgió de su convivencia durante el confinamiento y de la necesidad de activar las emociones frente al miedo y la soledad. Los dos intérpretes se muestran en estado puro, aunque no todo lo que cuentan sea real. Acompañados al piano por Naiel Ibarrola, y con canciones muy reconocibles, alternan ficción y realidad con música y momentos de cabaret que les permiten rendir homenaje a artistas que admiran. Ambos actores prometen 75 minutos de pura emoción con su apuesta más personal.

Virginia Imaz, con más de treinta años de trayectoria como payasa y cuentacuentos, tiene un amplio repertorio de monólogos y 'Sex o no sex' es de los más solicitados. El tema nunca falla. El primer beso, el orgasmo, la relación con el propio cuerpo... «y la asignatura pendiente del placer sin culpa» que todavía tienen muchas mujeres. El código clown le permite abordar todo eso «desde un lugar distinto», sin estereotipos y buscando la complicidad del público.

Parte de su propia experiencia y se ríe de sí misma, «de los miedos y los malos entendidos que hemos tenido en la pubertad y la adolescencia», en este espectáculo de Oihulari Klown, con la perspectiva de género como seña de identidad. La educación sexual ha cambiado, pero la artista todavía se encuentra a chicas jóvenes «con mitos en la cabeza» y la pornografía no ayuda.

Este fin de semana se despide 'Migraaaantes', la última producción de la Compañía Joven de Pabellón 6, que nos acerca a un autor de prestigio y poco conocido en España, donde esta obra ha sido estreno absoluto. Matei Visniec es una referencia en su país, Rumanía, y en Francia, donde se exilió durante la dictadura de Ceacescu. Poeta, dramaturgo y periodista, creció en un régimen represivo y abrazó la dictadura como «el gran espacio de libertad». 'Migraaaantes' sacude al espectador desde el subtítulo: «sobra gente en este puto barco».

La obra aborda la crisis migratoria y la identidad europea desde un ángulo inesperado, el humor y el surrealismo, aunque lo que cuenta se basa en historias reales. El público comparte con los actores un viaje que plantea preguntas para hacernos reflexionar. El sábado habrá un encuentro con los espectadores después de la función y el domingo a las doce, en Pabellón 6, una lectura dramatizada de 'Cómo domé un caracol en tus senos', un texto poético de Matei Visniec.

Este fin de semana es el de las compañías vacas en el Teatro Campos, sin duda. Y cada una ofrece una técnica distinta, una visión diferente del arte de contar de historias. El programa se compone de dos montajes de Gorakada –'Pinocchio' y 'Los viajes de Ulises'–, uno de Teatro Paraíso –'Uniko'–, otro de Marie de Jongh –'Ikimilikiliklik'– y el último de Atx Teatro –'Kaskarot'–. Pensado en principio para público infantil, merece la pena revisar ese criterio porque estas compañías han demostrado ser capaces de darle nueva vida a los clásicos y de proponer, algunas de ellas con títeres (que son mucho más que animadores de fiestas para niños), otras maneras de reflejar la realidad. Y más si, como estos, tocan temas muy distintos y con técnicas diferentes. Desde Pinocchio y Ulises hasta la distopía planteada por Atx (en un mundo en el que está prohibido bailar), pasando por los problemas de dejar de ser el hijo único y la necesidad de afrontar los miedos, hay un poco de todo en el programa.

Las otras dos citas recomendables tienen ya un buen recorrido por el circuito vasco. La primera es con el alma de la compañía de signodanza Arymux, que recala en Pabellón 6 los días 3, 4 y 5. Rakel Rodríguez normalmente se dedica a poner en lengua de signos, en gesto y en movimiento lo que otros quieren transmitir, pero en su 'A solas' se atreve a realizar un recorrido por su propia historia, por lo que la mueve a trabajar por conseguir espectáculos realmente inclusivos, que no dejen a nadie fuera de la maravilla de sentir el arte.

La segunda es con 'Gorpuztu', de Eva Guerrero con la bailarina Garazi Lopez de Armentia y las músicas Cristina Samaniego, Nerea Alberdi, Carla Sevilla y Yolanda Bustillo. Será en el Campos el día 7. Nunca el rito, la repetición de la práctica religiosa, se vio de una manera tan poética.

Llegamos a la última etapa de 'Soplo', una iniciativa aconsejable en su totalidad.

Nos quedamos sin aire. La colectiva 'Soplo', una de las mejores iniciativas de apoyo institucional al arte contemporáneo, apura sus últimos días de exhibición. No podemos perder la ocasión de disfrutar de las obras de 25 artistas, figuras de la plástica actual o jóvenes promesas, y recorrer espacios insólitos para la plástica, algunos tan sorprendentes como el yacimiento de Corazón de María.

La última etapa de este recorrido por sus cuatro sedes es el Museo Vasco, otro lugar excepcional, un remanso de cultura y paz en el centro del Casco Viejo. En este caso, las propuestas giran alrededor de la casa, un entorno fundamental durante la cuarentena, y desarrollan el simbolismo del espacio interior. Los dibujos y objetos textiles de Malús Arbide remiten a ese juego entre sueño y vigilia en tiempos de confinamiento, mientras que Mikel Erkiaga, con imágenes producidas entre Bilbao y Berlín, juega con los límites entre espacios interiores y exteriores, esa frontera que, aún hoy, condiciona nuestra vida.

La percepción de la degradación, otro temor en la reclusión, aparece plasmada en la obra de Iván Gómez formada por tejidos creados con materiales orgánicos. La sensación de pesadilla y la alusión a nuestros temores actuales son una cuestión recurrente en varias de las piezas, caso de Javier Rodríguez Pérez-Curiel, que encapsula el tiempo y el aire que respiramos, o la cotidianidad puertas adentro, como en el caso de Irune Orbea, alusión a esa vida familiar, con sus encuentros y asfixias.

La obra de Charo Garaigorta proporciona, a nuestro juicio, una bocanada de ilusión con sus esculturas objetuales. Esas ciudades de pies articulados parecen caminar sobre los restos de nuestro pasado reciente y dirigirse hacia otro futuro, sin distopías y con libertad. Se halla al principio del periplo y sugiero dejarlo para finalizar el recorrido. Puede suponer un soplo de arte y esperanza.