Los conciertos del finde: Mikel Erentxun, Ana Guerra, Chloé Brülé, Bringas, tributo Pink Floyd…

Vitoria amplía esta semana su agenda de conciertos de manera notable. La sala Jimmy Jazz ya había organizado algo recientemente, y este viernes monta un bolo doble con aforo reducido y sentado para el que el martes quedaban sólo 20 entradas.

Abrirá plaza el quinteto bilbaíno Mississippi Queen & The Wet Dogs con su cóctel de soul, funk y rock and roll eléctricos estupendamente entonados por su lideresa, la getxotarra Inés Goñi, que hará doblete fugaz por su estado de buena esperanza, pues luego se sumará en una o dos canciones a los Travellin' Brothers de Leioa (mejor banda europea en los premios European Blues Challenge 2015), a los que respalda cuando se presentan con el formato deluxe, o sea en ochote en vez de sexteto.

Así, de corista de los Travellin', ya la hemos visto este estío en el festival de blues de Mondragón (de lo mejor del año, de donde es la foto de la pandereta disparada por Carlos Gª Azpiazu) y en el Sopela Kosta Fest (donde no paró de dar saltos con el vocalista titular Jon Careaga, quien se halla en estado de gracia, en todos los sentidos: artístico, cómico y religioso). Y si Inés este viernes hace sólo una colaboración extra, que sea mirando al horizonte en la canción coreografiada 'A better day', que eso será similar en emoción a un quite de Roca Rey.

La sala Urban de Vitoria, que ya ha montado varios bolos en tiempos recientes (tenía programado uno de un grupo metalero alemán que se suspendió no por el Covid, sino porque el grupo anuló el tour debido a una lesión del baterista), este finde apuesta por el cuarteto mixto de estética chocarrera (como se muestra en la foto) Pinball Wizard, una banda sevillana de hard rock con toques americanófilos, ondulantes y cimbreantes, y que también expele un humo muy Led Zeppelin.

Ya decíamos la semana pasada que la BBK patrocina y Last Tour contrata la plancha de los diez conciertos a 10 euros escogidos para celebrar los primeros diez años de la Sala BBK. Todas las entradas se agotaron en la venta anticipada en menos de 24 horas (120 por cita, no más), pero las actuaciones se emitirán en directo a través de las redes sociales: las de la Sala BBK y de la ETB.

En la cuarta sesión, la del sábado, actuarán los navarros El Columpio Asesino como cabezas de cartel con Hakima Flissi de telonera, y en la tercera, la que nos ocupa, será totalmente femenina: abrirá plaza a las 20 horas la simpática vizcaína Lorelei Green (durante el desierto de conciertos del confinamiento la vimos en el Euskalduna, que le quedó grande y no pudo explotar sus diversas potencialidades: juventud, estética -guapura, sombrero, melena rubicunda algo Rosenvinge, pies descalzos…-, voz y composición que incluso picó en el rock americano), y rematará el aniversario a las 21 h una concursante de OT 17, Ana Guerra (Ana Alicia Guerra Morales, nacida en San Cristóbal de La Laguna, Tenerife, hace 26 años; Ana vende muchos singles digitales, se dice influida por Juan Luis Guerra, Michael Bublé, Luis Miguel, etc.; y ahora está sonando porque versiona 'En el amor todo es empezar' de Raffaella Carrá en la película 'Explota, explota').

Y ligándolo con el estilo de Ana Guerra: una pena que se haya suspendido el concierto de Merche anunciado para el sábado en el Euskalduna.

El cuarteto de rock Bringas, con base en Getxo y liderado por Gorka Bringas, ex de los portugalujos Flying Rebollos, actuará el viernes 16 en el décimo cumpleaños de la Sala BBK, de telonero de Los Secretos, a los que seguramente roben la cartera.

Las entradas para ese show de la BBK están agotadas, y quien se halla quedado con ganas que sepa que este mismo viernes el combo dará en la noble villa jarrillera un bolo promovido por el Ayuntamiento, que lo había anunciado en la plaza San Roque, aforado para 300 almas, pero por culpa de la lluvia se ha trasladado al auditorio del colegio Nuestra Señora del Carmen, en la calle Cantón de la Iglesia número 2, con aforo limitado a 130 almas.

Vimos hace poco, el jueves 10 de septiembre, a Bringas en el auditorio de la escuela de música Andrés Isasi de Las Arenas (de ahí es la foto de Rafa Aspiunza con los cuatro mosqueteros recibiendo los aplausos), donde ante 133 almas que abonaron 5 euritos de entrada dio un concierto creciente de 15 canciones en 75 minutos, la primera parte con tumbao blusero y picotazos camperos y la segunda muy roquera, entre Fito y Springsteen, créanselo.

Nos avanza Bringas: «El bolo de Portu básicamente va a ser como el de Andrés Isasi, pero meteremos un par de temas más porque seguimos desvelando cosas del próximo disco. Y, por supuesto, habrá montaje chulo de luz y sonido».

También cuando apenas se celebraban conciertos con público tuvimos el placer de ver al ex Duncan Dhu Erentxun en la Biblioteca Bidebarrieta, donde agotó las entradas y estrenó piano. Y es que Mikel intercala algún pasaje pianístico muy Lennon (resuena al 'Imagine') en un repertorio donde domina su guitarra.

Ese viernes 3 de julio en el que estrenó piano lo vimos desde la fila 6 (desde donde le sacó la foto que usamos el amigo Óscar Esteban) y el donostiarra dio un recital de 19 piezas (tres de los Duncan) en 77 minutos en los que previno de que recuperaría bastantes títulos de fondo de catálogo, cantó estupendamente (sólo espigó dos de su último álbum, 'El último vuelo del hombre bala' (19), que fueron 'La vereda' y 'Corazón de mil inviernos'), tocó la guitarra con mucha mano derecha, se sentó al piano en tres temas, libó vino tinto y se comunicó cómplice y contento con el público.

Dijo: «Es un placer enorme tocar con gente delante, en vez de ante butacas vacías o delante de un teléfono. Aunque estéis con mascarillas, gracias». Eso, apreciemos lo que tenemos, pues nos pueden volver a encerrar en casa.

Una de las salas que peor han llevado la incertidumbre del Covid, hasta el punto de sopesar el cierre definitivo, ha sido la vitoriana Hell Dorado. Sin embargo, este mes sus rectores se han animado a montar bolos con el público sentado en mesas, que parece ser la norma habitual, en plan club guiri. Y como sucedió la semana pasada en la Fever de Bilbao en sus dos conciertos con mesas, también se han agotado las entradas en la HellDo. Ojalá se siga así en todas partes, llenando el aforo.

En el HellDo el sábado tocarán dos bandas locales: The Faithless, los cuatro de la foto, metaleros que se juntaron en Vitoria en 2015 y cuyos miembros tienen experiencia en proyectos como 13 Left to Die, Stone Keys, UTM o Rock Dam; más Oneday, también de Vitoria pero en una onda más tranquila.

En los próximos sábados de octubre actuarán en este mismo plan Víctimas Club, Arenna, Joseba Lenoir, Los Misterios, Negra Cucaracha Terrorfolk…

Para que vean que no exagerábamos cuando en el breve previo contábamos que el Hell Dorado vitoriano había sopesado cerrar sus puertas, sepan que el Plateruena de Durango, algo así como el Antzoki de ahí, cerrará definitivamente debido a los efectos de la pandemia del Covid. Llevaba 18 años abierto y ya no abrirá sus puertas más que para un puñado de actos culturales hasta el adiós para siempre. Dice su junta directiva que en estos 18 años han acogido 2.139 actos.

Suponemos que de momento estos 2.139 actos no contabilizan los dos conciertos dobles que el quinteto vitoriano Izeki Gardenak dará este sábado en su escenario y que ya han agotado las entradas. Los alaveses también se ven afectados por la pandemia, pues a su gira de octubre-noviembre se le han caído bastantes fechas (se mantiene la del Jimmy Jazz del 28 de noviembre). En Durango se podrá comprar su última rodaja, un vinilo de siete pulgadas recién editado por el sello Uhinak y con la canción 'Oasia' en la cara A, que nos recuerda al Nuevo Rock Americano de los 80.

Baile flamenco contemporáneo venido desde Francia e ideado por el tándem formado por el sevillano de Triana Marco Vargas y la canadiense Chloé Brülé, los jefes de la compañía, que llevan 15 años juntos. La pareja titular se trae en el elenco a Gero Domínguez y a Yinka Esi como bailarines, y a Miguel Marín como único músico.

Nos visitan con la coreografía 'Los cuerpos celestes. Partitura coral en siete movimientos', estrenada en noviembre de 2019 en el Teatro Central de Sevilla y cuya representación estaba prevista en Barakaldo durante el ciclo de los Viernes Flamencos, suspendido por la pandemia.

Felizmente recuperada, ésta anunciada como reflexión sobre el lugar del ser humano en el universo dura poco más de una hora dura y anticipa el programa: «En su continua búsqueda de la innovación, Marco Vargas y Chloé Brülé crean un espectáculo basado en el contraste entre la danza, el flamenco y la música electrónica para dibujar fronteras en el ambiente y paisajes que recuerdan a diferentes lugares del planeta. 'Los cuerpos celestes' pretende ser una experiencia única con los espectadores donde todo es falso, todo es artificial y todo forma parte de un estado imaginario». La fotografía que utilizamos pertenece al show y la firma Francisco Reina.

Muy interesante propuesta suponemos que de iniciativa privada la que nos ocupa aquí. La foto multitudinaria de este deceto mixto bibaíno llama la atención y copiamos la información de la sala: «Kuttune es un grupo que dedica su repertorio a la investigación sobre la música de tradición oral vasca y de la península ibérica, fusionándolas con una mezcla de ritmos y sonoridades provenientes de otros lugares como África, Cuba o los países del Mediterráneo. Entre sus diez integrantes, Kuttune tiene músicos provenientes de diferentes folklores, de la música clásica y del jazz».

Y ellos, los propios músicos, se describen así de poéticos en su Facebook: «Kuttune es un punto de encuentro entre nuestro folklore y el de otros lugares. Partiendo desde nuestra tierra, nos dejamos llevar hacia otras sonoridades rítmicas y melódicas para hacer de nuestra música algo que a nosotros nos conmueve».

El BEC, dentro de su programa 'Zerupeko Gauak', que concatena bolos de grupos tributo y cenas sabatinas servidas en la azotea de su torre, a 52 metros de altura, trae esta semana a un proyecto epígono de Pink Floyd que atiende por Pink Factory Band y que anuncia que versionará temas conocidos como 'Wish You Were Here', 'The Wall' y 'Dark Side of The Moon'. No hay que confundirlo con el tributo belga Pink Factory a secas, pues estos cinco elementos viajarán al BEC desde Ortuella, a diez minutos en coche.

El bolo arranca a las 11 de la noche, y antes habrá ambiente optimizado en la cena, con el mismo menú de las dos veladas anteriores: de entrante, ensalada de salmón o vichyssoise; de principal, confit o merluza; de postre, tarta de hojaldre con yema; más café e infusiones, mignardises y bodega.