Tras dos años de paréntesis pandémico, los viajes del Imserso vuelan. Hasta el punto de que en Bizkaia las agencias se han visto desbordadas y ... en Álava lo han vendido todo en un día. Es una buena noticia. Pero no solo por lo de la playa y el bufé libre. Una buena noticia en plan indicador. Hay quien tiene siempre en cuenta algo que se llama «la confianza de los mercados», pero yo he visto como usted 'El lobo de Wall Street' y sé cómo se entusiasman los mercados. Así que prefiero analizar la confianza del viajero del Imserso, que es un ciudadano experimentado que tiene los pies en el suelo y ha visto de todo en esta vida. A partir de ahí, algo querrá decir que quieran irse de viaje, preferiblemente a la costa, ahora que llega el invierno de nuestro descontento y la guerra nuclear a poco que se tuerzan las cosas. A ver si no va ser para tanto. Mucha confianza en el futuro hay que tener para estar viendo en las noticias a Putin, o al economista Niño-Becerra, y concluir que Peñíscola, sin duda, va a ser este año tu primera opción.
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Cierto que también cabe la posibilidad de que el pensionista español esté planeando el viaje del Imserso en plan apocalíptico. Como aquellas fiestas que se organizaron en 1910 por si el cometa Halley no solo pasaba sino que impactaba. Otra forma de ver que los tiempos son complicados es que la oferta de viajes del Imserso se ha reducido y los hosteleros se quejan de que, con la inflación y todo lo demás, ni siquiera cubren gastos. Esto le ha provocado una tensión al estado autonómico que ha pasado bastante desapercibida, con Ximo Puig incrementando lo que reciben por pernoctación los hoteleros valencianos y la ministra Belarra oscilando como suele entre el enfado y la desaparición. Hay que recordar que el objetivo del Imserso es desde mediados de los ochenta que el pensionista pueda disfrutar de viajes económicos, pero también que el sector hotelero siga funcionando más allá de los meses de vacaciones y buen tiempo. Según como lo mires, tampoco ha funcionado tan mal el país los últimos cuarenta años. Y aquí seguimos, con ganas de ir a la playa en cuanto se pueda. Menos mal. Del mismo modo que la monarquía británica perdurará mientras haya cuervos en la Torre de Londres, el estado de bienestar español aguantará mientras los jubilados puedan viajar a buen precio a Mallorca fuera de temporada.
BERLUSCONI
¿Gente decente?
Treinta años después de que Berlusconi ganase las elecciones y metiese a los neofascistas de Alianza Nacional en el Gobierno, nos asombra que el fascismo gane el domingo en Italia, pero no que Berlusconi siga ahí. Con 85 años y tan embalsamado que parece huido del Madame Tussauds. Es tan inexplicable que ayer Berlusconi explicó que Putin invadió Ucrania para sustituir el Gobierno de Zelenski por «uno de gente decente». Es el cinismo convirtiéndose en un espectáculo natural, no sé, como un manglar. Berlusconi, cuya Italia fue definida por Montanelli como «basura rebosando del pozo», el mismo Berlusconi que ha sido procesado por todo lo procesable -corrupción, contactos con la mafia, prostitución de menores- entendiendo, casi tolerando, que se bombardeen países si sus gobernantes no son decentes.
FÚTBOL
Míster fuera
La profesionalización del fútbol femenino es un largo camino en el que todos debemos poner de nuestra parte. También las jugadoras, que ahora van a aprender que en la élite a los entrenadores no se los echa con correos electrónicos y apelaciones a la salud mental, sino con sigilo y conspiración, o sea, dejando de correr en los partidos, presionando al presi, soltando puyas en la sala de prensa y pasándoles material escandaloso a esos periodistas que gritan en la tele que tienen información de primera mano. Da la sensación de que las jugadoras de la selección están tomando el fútbol masculino de élite como modelo, pero deberían ser más ambiciosas. Y aspirar sin miedo, como los chicos, a los más bajos estándares.
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