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Furgón de cola

Festival impositivo

Ximo Puig entra en la guerra fiscal, pero en el bando rival: bajando el IRPF en Valencia

Miércoles, 28 de septiembre 2022, 00:07

Por respeto a la Astrofísica no dije nada. Pero ya me parecía que mejor no menear las cosas del Cosmos. Al menos, hasta tener claro ... cómo funciona la causalidad en el espacio. Parece que lo hace de un modo inesperado. Avisen a la Nasa. Ayer, después de que la sonda DART impactase contra el asteroide Dimorfo, Ximo Puig anunció la deflactación del IRPF para las rentas inferiores a los 60.000 euros. ¿60.000? Eso es bastante más que los 40.000 que propuso Feijóo, el amigo de los ricos. ¿Y no repite hasta la extenuación el Gobierno que bajar impuestos es como hacer recortes? ¿No se arrebata de las manos de los médicos y los profesores cada euro que se deja de ingresar por el IRPF? Bueno, pues no. Al menos en Valencia, que es la tierra de las flores, de la luz y de la deflactación. Lo proclamó ayer Ximo Puig: bajar impuestos es progresista. Quizá lo hizo calculando que Pedro Sánchez estará flojo por el covid. Luego añadió la siguiente frase inmejorable y misteriosa: «La fiscalidad es democracia, por mucho que digan los populismos viejos y nuevos».

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Hubo que ver a la ministra portavoz saliendo a pedir «responsabilidad fiscal» a los presidentes, especialmente a los de su partido. Al rato, ya estaba el socialista Lambán obedeciendo y abriéndose a deflactar él también el IRPF en Aragón. Por la inflación, claro. Y porque a ver quién aguanta a la oposición teniendo las elecciones a la vuelta de la esquina y a los vecinos con los impuestos más bajos. Lo mejor de todo este asunto es que termina con un mito: las políticas fiscales no son algo complejísimo que los gobiernos estudian y calculan al milímetro, sino un envido que se lanza así, de repente. ¡Bajo impuestos! ¡O los subo! En tal caso hay que hacerlo como la ministra de Hacienda, que ahora prepara los impuestos en secreto y habla de ellos como cualquier artista habla de su obra: «Estoy trabajando en un impuesto muy bonito, muy personal, del que no voy a avanzar nada porque quiero que sorprenda». Aferrándome a la ciencia, la única explicación que encuentro a este festival impositivo es el efecto mariposa, pero extraterrestre. Tocas un asteroide a once millones de kilómetros de la Tierra y el PP ve cómo Ximo Puig se une a su causa, declarando la guerra fiscal en la Comunidad Valenciana.

RTVE

Objetivo BBC

Qué momentazo: el día que dimite el presidente de RTVE alegando que en el Consejo no se dan «las condiciones mínimas para el consenso transversal, ni para la conformación de una mayoría plural, estable y coherente» vemos a dos exvicepresidentes del Gobierno, o sea, a los que nombran a los del Consejo, asegurando que hay que empezar a repartirse mejor los tertulianos y a minutar las apariciones de la gente según los resultados electorales, de modo que la escaleta quede en manos de la voluntad popular, como imagino debe quedar la corrección de exámenes en los institutos y los diagnósticos médicos en los hospitales públicos. Tenemos a la política a un paso de señalar lo obvio: el problema del periodismo es la existencia de periodistas. Todo iría mejor si los sustituyésemos por los jefes de prensa de los partidos. Como TVE debe aspirar a la pluralidad, que los jefes de prensa aparezcan con distintos disfraces y hagan voces.

Ucrania

Mismo exilio

Hay rusos llamando a asociaciones que ayudan entre nosotros a los ucranianos para preguntar por la posibilidad de instalarse aquí si consiguen salir de su país. Que los invadidos y los invasores necesiten acogida y aspiren al mismo exilio demuestra que lo de Ucrania, sobre criminal, es absurdo. Pero la guerra destroza esa mínima humanidad. La periodista ucraniana Veronika Melkozerova ha contado en 'The Atlantic' cómo se ha descubierto no pudiendo soportar la teoría del 'ruso bueno'. Simplemente, ya no puede dejar de odiar.

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