Fase de confusión

- EDITORIAL - ·

El Gobierno vasco desata un mar de dudas en el arranque de la desescalada con errores como los que reprochaba a Sánchez

El correo

Martes, 12 de mayo 2020, 00:20

Euskadi inauguró ayer la fase 1 del desconfinamiento con un aumento del pulso callejero por el levantamiento de algunas restricciones a la movilidad. El permiso ... para la reapertura casi dos meses después del pequeño comercio y de otras actividades tuvo una reducida incidencia, mínima en el caso de bares y restaurantes al estar limitado su funcionamiento a las terrazas y con un aforo reducido. Poco contribuyó a la progresiva recuperación de la normalidad la injustificable confusión que rodeó el inicio de esta nueva etapa. Tras el apoyo del PNV a Pedro Sánchez para prorrogar el estado de alarma, el Gobierno vasco ha asumido un papel protagonista en este proceso. Su improvisación y falta de claridad, similares a las que con toda razón reprochaba al Ejecutivo central, han sumido a la ciudadanía en un mar de dudas sobre qué se puede hacer y qué no, en medio de contradicciones, rectificaciones sucesivas y bandazos de última hora. Si el 'mando único' ha manifestado fallos clamorosos, la 'cogobernanza' no empieza con mejor pie.

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El Gabinete de Iñigo Urkullu no publicó en el boletín oficial hasta la medianoche del domingo el decreto con las especificidades de la desescalada en nuestra comunidad que entraba en vigor a las 0.00 horas de ayer. Su redacción se presta a equívocos sobre si el desplazamiento entre municipios colindantes está prohibido o simplemente no se recomienda, salvo para la práctica de deporte y por «motivos socioeconómicos» sin concretar. Tampoco recoge la no autorización de reuniones de grupos de hasta diez personas con la que sorprendió ayer la consejera de Seguridad, que, al igual que los viajes dentro de la provincia, sí están permitidas en las demás comunidades que han progresado de fase.

El Gobierno vasco ha actuado sin la pedagogía y transparencia exigibles. El mantenimiento de restricciones de la fase 0 a pesar de que toda Euskadi ha pasado a la 1 merece explicaciones que vayan más allá de la exhibición de una «prudencia» digna de aplauso, pero que se presupone a todas las instituciones. Una ciudadanía perpleja tiene derecho a conocer si esa medida responde al menor avance de determinadas zonas en el control de la pandemia y, por tanto, si en ellas existe un riesgo de contagio. Máxime cuando la actual actitud del Ejecutivo contrasta con las mínimas limitaciones a la movilidad que reclamaba al inicio de la crisis. Algo no cuadra.

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