El Partido Popular y Vox sellaron ayer un acuerdo para gobernar Extremadura que suma 33 escaños en la Asamblea frente a los 28 obtenidos por ... el PSOE y los 4 de Unidas Podemos. Según el pacto, el partido de Santiago Abascal recibe un departamento de Gestión Forestal y Mundo Rural además de un senador de designación. La próxima presidenta, María Guardiola, enmienda por completo sus postulados iniciales a instancias de la dirección nacional del partido y de otros dirigentes autonómicos, y de la renuncia de los ultraderechistas a someter a su ahora socio a una presión insostenible para la propia formación. Guardiola alega que su palabra «no es tan importante como el futuro de los extremeños». Pero, a partir de los 60 puntos acordados, más próximos a las tesis del PP que las bases programáticas para la Comunidad Valenciana o las Islas Baleares, a la dirigente le aguarda un esfuerzo especial para pilotar la Junta sin que su autoridad se resienta por haber tenido que renunciar a las líneas rojas respecto a Vox. Es posible que se vea en condiciones de preservar los derechos de sus conciudadanos. Pero en el territorio no cuenta con la mayoría suficiente para asegurarlo.
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