El viernes de celebración que hoy aguarda al Bilbao Basket aportará el calor y el reconocimiento que merecen la entidad y el equipo después de ... conquistar, en el infierno de Salónica, la FIBA Europe Cup. Un trofeo que permite por fin saborear la gloria a un combinado que se ha hecho grande desde la humildad. De la mano de la sabia dirección técnica y deportiva de Jaume Ponsarnau y Rafa Pueyo, capaces de compactar una plantilla multinacional e imbuirle auténtica mentalidad ganadora; y de una directiva que convierte en oro un presupuesto modesto. El Surne alza su primer título profesional y continental cuando cumple 25 años de andadura y afronta el vértigo, y la obligación, de dar el definitivo salto en madurez y ambición. Un objetivo posible después de acreditar en el torneo europeo una absoluta superioridad y la imprescindible solvencia frente a los contratiempos. El homenaje institucional, que ya abrió el Ayuntamiento al nombrar al club 'Embajador de la Villa', se funde hoy con el de una afición entregada que el domingo en Miribilla, como el miércoles en Grecia, arropará a sus jugadores con la permanencia en la Liga Endesa al alcance. Y que después querrá más.
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