En eso que podría denominarse la pompa y el espectáculo del mundo, esta gente (los Windsor, o como se llamen, porque, al parecer, su verdadero ... nombre no era ese, pero bueno, por algo se lo habrán cambiado, claro) han logrado, sin duda alguna, la máxima atención. El primer puesto. Si eso era lo que querían, enhorabuena. A la chusma plebeya le chifla mirarles, está visto. Y ellos lo hacen bien, hasta cuando resultan aberrantes. Aunque a mí no me gusten, lo reconozco. No obstante, han estado hablando en la tele de la riqueza que poseen y uno se pregunta: ¿Cómo la habrán conseguido? ¿Siempre saludando con la manita? Hay dudas. Saludando no se amasa. También hay dudas en torno al coste real de los funerales reales, creo. Y luego, acto seguido, nos enteramos de que 'Operación Unicornio' era el nombre del protocolo secreto que se ha activado como un resorte para que todo salga a la perfección y rebose solemnidad al viejo estilo.
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Y claro, piensa uno: ¿En España habrá un protocolo similar pensado para Juan Carlos? Y claro, piensa otra: Si es así, esos protocolos tienen que revisarse constantemente, de lo contrario la puedes liar parda. En fin. Los revisadores de protocolos se tienen que marear mirando a los Windsor, supongo. De todas formas, por favor, en serio, espero que los españoles no intentemos imitarles. Rezo por ello. Por el bien de todos. Señores diseñadores y revisadores de protocolos, solo una cosa: mejor no pasarse. Dadas las circunstancias, hay que ser cautos, me parece crucial. El día va a llegar, eso está claro. Y hay que pensar con calma, sí, pero tampoco mucha. Los ingleses tenían diseñada la operación desde hace décadas.
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