En el congreso del PP, hoy, esta tarde, en Sevilla, va a hablar Casado. Es lo previsto. En fin, ¿no lo habéis podido evitar?, les ... preguntaría yo en plan amable. Pero no, esa es precisamente la cuestión. Que no lo han podido evitar. ¿Y por qué? Pues porque quieren hacer un supercongreso. Tienen que hacerlo. Digamos que lo necesitan y ya está. O sea, que tienen que estar todos. Tiene que estar Aznar, tiene que estar Rajoy. ¿Qué haces con Casado? No lo puedes obviar. El vacío se notaría demasiado. Sería demasiado ostensible. Digamos que muy ostensible y ya está. Así que hay que convencerle. Para que esté. Hay que hablarle bien. Con respeto. Pero tiene que venir, ya me entiendes. Así es como funcionan estas cosas. Y claro, Casado tiene que ir. Y se tiene que hacer la foto con los otros tres fieras. Y bueno, si a los otros les dan treinta minutos para que suelten su monólogo, pues digamos que a él también se los tienen que dar. Y punto. Quedaría muy feo que lo pusieran ahí para la gran foto histórica de Feijóo y luego le impidieran hablar. O le dieran menos tiempo.
Publicidad
Lo malo es que ahora, ¿qué dice?, el pobre. Lo llevan ahí para vitorear al halcón gallego que se lo ha comido. ¿Qué va a decir? Nada. Así que sí: va a hablar Casado esta tarde, pero, en realidad, no va a poder decir lo que le gustaría. Y tal vez debería. Porque hay que ver lo que le han hecho a ese hombre. Así, como si nada. Como si fuera normal. Aunque, en el último momento, allí, delante del micro, igual se viene arriba y suelta una buena, ¿no? ¿Te imaginas? No creo que se atreva. Pero ocasiones como esa hay pocas en la vida, creo. Yo voy a estar atento, por si acaso.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión