Que todo cambie para que lo importante siga igual

En los últimos treinta años, el periodismo ha sufrido la mayor transformación de su historia. Han cambiado las máquinas de producción, los formatos, los horarios... ... hasta las formas y el lenguaje. Internet lo sacudió todo. Las redes sociales completaron la catarsis. Nunca abarcamos tanto territorio, ni nunca llegamos a tantas personas. Nuestras audiencias se siguen midiendo en lectores, pero ahora también en navegadores únicos, páginas vistas, tráficos en redes... Se mantienen los suscriptores tradicionales de papel, pero surgen cada vez con más fuerza los digitales. Siempre en crisis, pero siempre vigoroso, esencial. El periodismo nunca ha sido tan criticado y atacado. Quizás, porque contar la verdad se hace más necesario que nunca. Y pese a tanto cambio, la fórmula del éxito sigue siendo la misma: compromiso, honestidad, profesionalidad y calidad.