Blanca Navidad

La Humanidad puede sobrevivir pero, por Dios, poniendo algo de su parte

Miércoles, 28 de diciembre 2022, 00:07

Hoy es el día de los Santos Inocentes, una fiesta de la Iglesia católica como una etapa entre la Navidad y la Epifanía del 6 ... de enero. Así, la Navidad se prolonga en una suerte de estela misteriosa por la que transitan los niños durante sus vacaciones navideñas, desde los regalos del Olentzero y Papá Noel hasta los regalos de los Reyes Magos, que no fueron reyes hasta el siglo III (antes eran solo magos, es decir, astrólogos). Fue Quinto Séptimo Tertuliano quien vio una alusión a la visita de los misteriosos personajes en un salmo del Antiguo Testamento: «Que los reyes de Sabá y Arabia le traigan presentes, que le rindan homenaje todos los reyes». Pues ya está, ya tenemos a los magos hechos todos unos reyes.

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El día de los Inocentes recuerda una de esas bonitas hazañas humanas que suelen ser calificadas de inhumanas, aunque su número y persistencia en el tiempo parece indicar que no son ajenas a la naturaleza de la especie. Herodes quería asegurarse de que eliminaba al rey de los judíos, así que no dejó vivo un menor de dos años en Belén. Hay quien dice que el hecho es histórico y hay quien dice que es legendario. En todo caso, lo que narra y representa no debería celebrarse con risas y bromas, ni siquiera considerando que en Belén no habría más de 20 niños varones de esa edad.

El número de mujeres muertas por violencia machista este diciembre también tiene dos cifras. Es una matanza selectiva (como la de Herodes) y dispersa (no como la de Herodes). Las que se han hecho en el transcurso de las guerras y los milenios no discriminan entre niños, adultos, hombres o mujeres. Los bombardeos de objetivos civiles, de ciudades, de columnas de refugiados son actos del mismo tipo que se hacen hoy día de modo industrial y muy eficazmente. Antes había que pasar a la población por la espada, prender fuego a las viviendas y lanzar pedruscos de uno en uno. Hemos progresado mucho.

Otra cosa en la que hemos progresado (aquí no, pero sí en Canadá y EE UU) es en la blancura del paisaje navideño, una blancura de dimensiones legendarias, como algunos relatos bíblicos. Pero a los norteamericanos se les han quitado las ganas de cantar 'Let it snow'. Hace ya tiempo nos contaban los meteorólogos que el cambio climático no es solo pasar calor, como en el sur de Europa, donde ya hace calor en pleno invierno. Nos advertían de que el calentamiento del Ártico podía desestabilizar el equilibrio de masas y corrientes aéreas que mantenían el frío confinado en un círculo (un círculo polar). Parece que eso es lo que está pasando ahora. Estas furiosas tormentas excepcionales se convertirán, probablemente, en la norma de cada invierno. Las cosas se ponen feas y sí, yo creo que la Humanidad puede sobrevivir, pero, por Dios, poniendo algo de su parte.

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