La Lotería Nacional de hoy sábado: comprobar resultados del 6 de diciembre

Campaña vasca-vasca o vasco-española

Viernes, 19 de enero 2024, 00:13

Estamos a tres meses escasos para las elecciones autonómicas y los partidos vascos no terminan de activar de verdad la carrera hacia las urnas. La ... tormenta política nacional, hoy centrada en la amnistía, mañana en la inmigración, pasado en las desautorizaciones del Constitucional al Supremo, y cada día en las exigencias de Puigdemont y Podemos para dejar caer al débil Gobierno Sánchez, parecen retraer a nuestros partidos de lanzarse de hoz y coz a por los comicios vascos.

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A estas alturas, el lehendakari Urkullu, defenestrado por el PNV como candidato a la reelección en favor del también vizcaíno Imanol Pradales, se resiste a destapar si nos citará en las urnas para el 14 o para el 21 de abril. La Semana Santa y el puente en honor al santo patrono alavés San Prudencia desaconsejan otras fechas.

Cuatro de las cinco formaciones que previsiblemente se sentarán en el próximo Parlamento vasco (PNV, EH Bildu, PSE-PSOE y PP) ya han dado a conocer a sus candidatos a lehendakari –el PNV está en la recta final del proceso para la proclamación oficial de Pradales–. Sólo falta conocer qué hará el espacio situado a la izquierda de los socialistas. Sumar y Podemos no han decidido si irán juntos o por separado. Tras la ruptura en el Congreso, en Galicia y el bofetón podemita del otro día a Yolanda Díaz, las perspectivas de acuerdo no parecen excesivas. De ser así, es difícil que los de Pablo Iglesias alcanzasen el 3% de los sufragios para lograr escaño en alguno de los tres territorios vascos. De entrada, Sumar pareciera tener alguna opción más, pero tampoco demasiadas. Todo un drama para un espacio que hace pocos años ganaba las elecciones en Euskadi y que, sin duda, se ha buscado por deméritos propios.

No estamos ante una cuestión menor. Elkarrekin Podemos tiene hoy 6 de los 75 integrantes del Parlamento de Vitoria. Parte de quienes les venían votando mantendrán su apuesta por estas siglas, vayan juntas o no. Otra se quedará en su casa. Cuántos emigrarán –sobre todo a EH Bildu o el PSE– puede ser relevante en el recuento final.

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El hecho de que la carrera electoral apenas haya despegado impide conocer si tendremos una campaña vasca-vasca, como ha sido tradicional, o vasco-española, como en Galicia, contrariamente a lo que hacía Feijóo. Sólo el PP de Javier De Andrés ha dejado clara su apuesta por esta segunda opción al presentarse desde ya como 'la alternativa al cuatripartido PSOE-Sumar-EH Bildu-PNV', en alusión a los integrantes del Gobierno Sánchez y al apoyo que le prestan las fuerzas abertzales.

¿Hasta dónde pagará en votos el PNV los problemas de gestión del Gobierno Urkullu, sobre todo con la Sanidad, la trama corrupta de Alfredo de Miguel o sus guiños conservadores en Madrid? ¿La amnistía, la entrega de la Alcaldía de Pamplona a los de Otegi y las cesiones de todo tipo a sus socios en el Congreso desgastarán al PSE-PSOE? El PP, incapaz de romper con Vox y cada vez lejos del centro, ¿será capaz de pescar votos en esas aguas revueltas? No parece que el empecinamiento de los herederos de Batasuna en no condenar a ETA y en homenajear a terroristas vaya a costarles votos.

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El electorado tendrá la palabra.

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