Las campañas de la procesionaria en la ciudad reducen a la mitad su presencia
Valkiria ha apostado este año por retirar centenares de nidos y ha limitado el uso de bolsas trampa en los árboles
Las temperaturas agradables hace semanas ya que animaron a la procesionaria a empezar a salir de sus nidos para descender a lo largo de los ... troncos, aunque su incidencia en el entorno urbano se estima menor que en temporadas anteriores y no sólo por la captura en trampas, sino por el trabajo previo realizado para retirar los nidos.
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En Valkiria, centro especial de empleo al que el Ayuntamiento ha encargado el control de esta plaga, calculan que entre finales de enero y principios de febrero retiraron varios centenares de nidos. Es el método que consideran «más eficaz» y también más económico para reducir la presencia de este insecto en los parques y zonas verdes de la ciudad.
Aunque eso no implica que se descarten los demás. De hecho, en distintos árboles de la ciudad, principalmente en los situados en colegios y en aquellos que tienen una mayor altura, lo que dificulta llegar hasta sus copas, se pueden ver las trampas colocadas alrededor de los troncos. Se han instalado una treintena, un número muy inferior al de la anterior campaña.
«El año pasado empleamos muchas bolsas pero este hemos optado más por coger los nidos y quitarlos de la copa. En algunos árboles había 3 o 4 pero en otros hemos llegado a quitar hasta 10. Sobre todo en La Picota, porque ahí los pinos tenían bastantes», apuntaba Igor González, responsable del centro de trabajo protegido de Valkiria.
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Para ello contaron durante varias jornadas con una máquina elevadora; que, aunque tuvieron que alquilar, reconocen que sale más barata que las trampas, ya que éstas entre el precio de los materiales, el coste de la fabricación -que, eso sí, llevan a cabo usuarios del centro ocupacional- y la colocación, salen por unos 30 euros la unidad.
Con la combinación de ambos métodos, en los tres últimos años, gracias a una intervención y seguimiento continuados, los responsables de Valkiria, calculan que la presencia de procesionaria en el entorno urbano, se ha llegado a reducir casi a la mitad.
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Sensibilización
De manera paralela, pero relacionada con la campaña de eliminación de la procesionaria, Valkiria ha desarrollado un taller con los alumnos de los colegios de Primaria de la ciudad, para que explicar cómo es el ciclo vital de este insecto, cómo actuar si se ve y el impacto que puede tener en las personas y en los animales domésticos, sobre todo perros. También han practicado con ellos cómo colocar las bolsas en los árboles.
«La procesionaria se acaba convirtiendo en una mariposa que vuela, con lo que garantizar que se vaya a eliminar es imposible, pero en los últimos años, en los que hemos quitado nidos y puesto trampas, hemos notado que se ha reducido bastante el volumen de estos bichos en el núcleo urbano. Del primer año a ahora yo creo que se habrán reducido a la mitad», concluyó González; que recuerda que al principio dedicaban varias semanas a retirar bolsas que se iban llenando de estos insectos. Y también que tenían que reponer más porque se las rompían, algo que ahora, reconocía, no pasa.
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