Víctor Manuel funde su vida con la de Vitoria

Uno, que como no podía ser de otra forma, arrancó en su Mieres natal. 'Por el camino de Mieres', concretamente. Al señor San Juan y a la luna le dedicó sus primeros acordes, que fue hilando con anécdotas. De su pueblo, de su padre ferroviario y de cómo dejaban flores a su abuelo en la fosa común donde se le suponía enterrado.

De su admiración por Brigitte Bardot. De las romerías con gaitas y sidras en el lagar. De su hija Marina y, como canta en 'Nada nuevo bajo el sol', de cómo aprendieron juntos el abecedario. En definitiva, de 'Una vida en canciones', que es el título que ha elegido para su gira.

Dos horas dedicó anoche a una Vitoria que se entregó al asturiano: que cantó al unísono 'Planta 14' y que lloró cuando el artista recordó la historia de Mari Luz y Antonio en el centro de discapacitados de la Fundación Promi con 'Sólo pienso en ti'. «Es la canción que más alegrías me ha dado», confesó al público en la intimidad que la capital generó anoche. Antes ya le había reprochado a la gente que muchas de sus canciones más desconocidas son las que más le gustan a él.

Canciones comprometidas

A partir de ahí -no sin antes cantar 'Soy un corazón tendido al sol'-comenzó el asturiano un 'in crescendo' del compromiso político con su abuelo Víctor, cantando aquel 'Asturias' que dejó escrito Pedro Garfias cuando la región cayó en manos franquistas y recalcando aquello de que en la patria «cabemos todos o no cabe ni Dios». Hasta se atrevió a recordar antes de cantar 'María Coraje' cómo su abuela tuvo la valentía de tapar los ojos a los muertos en un tiroteo pese a las amenazas de la Guardia Civil.

«Lo ha dado todo», comentaba una mujer a su marido al final del concierto. Pero es que el asturiano ya lo había dejado claro en el subtítulo de su gira: 'El escenario lo cura todo'.