Pintarroja, un tiburón rico en Omega 3
De carne blanca, es un pescado azul sin apenas grasas ni hidratos de carbono cuya textura gelatinosa lo hace ideal para guisos
Jesús Lens
Martes, 15 de julio 2025, 18:50
No todos los días podemos presumir de comer tiburón. Pocos nombres de animal provocan tantos escalofríos como él. Tiburón. El cine y Steven Spielberg han tenido buena parte de la culpa por su demonización, que el gran tiburón blanco protagonista de la mítica película de 1975 nos sigue aterrorizando casi cincuenta años después de su filmación. Pero hay otros muchos tiburones, ni tan grandes ni tan fieros. La pintarroja, por ejemplo, también conocida como pintarrosa o, más familiarmente, pintada de Cantabria.
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Hablamos de un tiburón gato muy habitual en las costas cantábricas y mediterráneas. Tiene medio metro de longitud, por lo general. Aunque los hay que llegan al metro. La denominación de pez gato también aplica por su noctambulismo. Sale de noche para cazar los pequeños peces y los moluscos de los que se alimenta, mientras que de día descansa en los fondos arenosos del mar o camuflado entre rocas.
Como buen pescado azul, aporta amplias dosis de Omega 3 al organismo, grasas de las buenas, por lo que la pintarroja es una excelente aliada a la hora de combatir el colesterol y de fortalecer el sistema cardiovascular. Además, apenas tiene grasa de la mala y no suma hidratos de carbono ni azúcares en absoluto. Por cuanto a proteínas, cerca de 19 gramos por cada 100 gramos de producto y nada más que 82 kcal, por lo que no engorda en demasía. Además, suma vitamina D, que contribuye a fortalecer los huesos, y minerales como el yodo o selenio. Que no tenga espinas, sólo una central, grande, es una alegría. Por lo cartilaginoso de todos los tiburones, nació la leyenda urbana de que comer sus aletas tenía efectos regeneradores para las rodillas y otras articulaciones maltrechas. Ya saben el cuidado que debemos tener con cualquier producto tachado de milagroso o alrededores.
Por mucho que sea un tiburón, nadie podrá protagonizar una secuela de la película de Spielberg con una pintarroja como archienemiga. Tiene dientes pequeños, tirando a inofensivos, y es más peligrosa por la 'lija', por lo que rasca su piel al tocarla. De ahí que se suela vender ya limpia en los mercados y que en ocasiones no sea fácil de encontrar, que despellejarla es ingrato. Y lo de 'pez gato' le viene porque, al sacarla del agua aún viva, hace un sonido parecido al del maullido de un gatillo.
Buena para guisos
Gracias a su textura gelatinosa, la pintarroja se usa mucho en guisos, que va estupendamente para espesar las salsas y que queden menos caldosos, con más cuerpo y textura. Por ejemplo, la cazuela de fideos o de patatas y el arroz caldoso o las fideuás. De carne blanca y firme, es un pescado igualmente idóneo para el adobo. En Málaga es muy típico el caldillo de pintarroja, con almejas, almendras, pan duro, verduras y especias. En salsa verde con coles resulta de lo más sabrosa. Donde la preparan para comer en cartucho, frita, tiene mucho éxito.
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