El Papa Francisco saluda a los fieles durante la oración del Ángelus, el domingo, horas antes de ser operado. afp

El Papa permanecerá hospitalizado «al menos siete días» tras una cirugía de varias horas

El Vaticano precisa que Francisco «está en buen estado», «respira de forma autónoma» y dirigirá este domingo la oración del Ángelus

Martes, 6 de julio 2021, 01:10

Una nube de fotógrafos, periodistas y camarógrafos hace guardia desde el domingo a las puertas del hospital Policlínico Gemelli de Roma para seguir de cerca ... la evolución del Papa. Las noticias transmitidas ayer por el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, fueron tranquilizadoras. «Se encuentra en buen estado general, alerta y respirando de forma autónoma», resumió en el primer boletín médico, después de que la víspera Francisco, de 84 años, se sometiera a una «cirugía planificada» del colon. La Santa Sede, aun así, precisó que deberá permanecer ingresado «al menos siete días, salvo complicaciones».

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El Papa, cuya intervención duró tres horas y requirió de anestesia general, se recupera en una habitación del décimo piso del centro hospitalario, la misma donde fue internado en varias ocasiones Juan Pablo II tras el atentado de 1981 y por sus numerosos problemas de salud. Bruni detalló que a Francisco le fue practicada una cirugía de estenosis diverticular que involucró «una hemicolectomía izquierda», es decir, una ablación de la parte inferior del colon. La operación fue recomendada por los médicos para reducir los problemas y molestias causados por los divertículos, que son pequeñas hernias ubicadas en la pared del colon y cuya afección aumenta a menudo con la edad.

La llegada del Pontífice al hospital romano a las tres de la tarde del domingo en coche, sin escolta, y acompañado únicamente por su chófer y un colaborador próximo, causó sorpresa y desconcierto en un primer momento. Las alarmas se disiparon cuando poco después el Vaticano ofreció detalles sobre el ingreso ya que solo unas horas antes Francisco había celebrado la tradicional oración del Ángelus desde la ventana de la Santa Sede, para los fieles que se encontraban en la plaza de San Pedro, aparentemente en buena forma física.

Jorge Bergoglio, nacido en Argentina el 17 de diciembre de 1936, ha suspendido las audiencias generales de los miércoles para todo julio a raíz de la operación. Tampoco tiene citas oficiales en su agenda, salvo la oración del Ángelus del próximo domingo, la cual prevé oficiar con normalidad como es tradición.

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Se desplazará en septiembre a Eslovaquia y a Hungría, donde se prevé que desafíe a Orban por su política discriminatoria

Mensajes de ánimo

Las muestras de afecto y cariño hacia el Papa se sucedieron ayer. Uno de los primeros en manifestarse fue el jefe de Gobierno italiano, Mario Draghi, quien deseó a Francisco «una rápida convalecencia y pronta recuperación». De igual modo, cientos de mensajes de todo el mundo comenzaron a inundar las redes sociales, entre ellos numerosos obispos españoles y latinoamericanos, así como mandatarios y líderes religiosos, entre ellos el venezolano Nicolás Maduro y el gran imán de la Universidad Al-Azhar, el jeque Ahmed el-Tayyeb.

«Os pido que os unáis a mis oraciones por la pronta recuperación del @Pontifex_es, que el domingo, después de presidir el Ángelus, fue sometido a una intervención quirúrgica programada, aprovechando sus vacaciones», escribió en un tuit el cardenal español Joan Josep Omella.

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Francisco, a quien con 21 años le extirparon el lóbulo superior del pulmón derecho por una pleuresía y sufre además problemas de cadera y ciática, espera estar en plena forma para realizar del 12 al 15 de septiembre el primer viaje de un Pontífice a Eslovaquia. Será la segunda salida al extranjero de Bergoglio en 2021, tras su histórica visita a Irak en marzo.

Antes de aterrizar en Eslovaquia, Bergoglio -vacunado en enero contra el coronavirus- recalará brevemente en Hungría, donde tiene previsto celebrar el 12 de septiembre una misa en Budapest. Su presencia en el país magiar suscita interés por el gran desacuerdo del Papa con la política contraria a la inmigración y ahora anti LGTBI del primer ministro, Viktor Orban, al que se prevé que dé un nuevo toque de atención.

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