Reuters

Los tanques israelíes irrumpen en el último bastión de Hamás en Gaza en busca de los rehenes

Las familias temen que la milicia mate a los cautivos durante los ataques mientras Washington se alarma porque Netanyahu «bombardea todo»

Miguel Pérez

Lunes, 21 de julio 2025

El ejército de Israel rompió ayer una regla de oro y entró por primera vez a sangre y fuego en la parte sureste de la ... ciudad de Deir al-Balah, uno de los cuatro reductos de Gaza central que hasta ahora habían sido parcialmente respetados en esta guerra ante la posibilidad de que sirvan de cárcel a los rehenes. Nadie sabe que ha cruzado por la cabeza de Benjamín Netanyahu para ordenar una ofensiva donde se arriesga a la muerte de los cautivos justo en plena negociación de un canje y un alto el fuego con la milicia. El primer efecto de la entrada de los blindados y tanques en las calles es el éxodo de miles de familias hacia el campamento de Al-Malwasi, en Rafah, donde el Gobierno hebreo quiere concentrar a la mayoría de los gazatíes.

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La ofensiva ha «conmocionado» a las familias de los secuestrados. Hamás ha prometido asesinar a todos los rehenes si los militares se acercan a ellos. Quedan por rescatar veinte vivos y los cuerpos de una treintena. «¿Puede alguien asegurarnos que esto no costará la vida a nuestros seres queridos? Esperamos que el primer ministro, el ministro de Defensa y los altos mandos militares expliquen urgentemente a los ciudadanos israelíes y a sus familias cuál es el plan de acción», exigió el colectivo de allegados.

Lo que sucede dentro de Deir al-Balah no sale de sus muros. Es el último feudo real de Hamás. La oscuridad resulta más densa desde el jueves pasado, cuando los emisarios políticos que negocian la tregua en Catar reconocieron que han perdido el contacto con los líderes militares de la Franja. Los mediadiores consideran muy probable que los islamistas hagan una declaración inminente ante esta desconexión que mantiene la negociación en un impasse. Y más ahora, que la ofensiva en Deir al-Balah puede obligar a los comandantes a huir o aislarse.

Las Fuerzas de Defensa justificaron ayer su entrada en el campamento con el fin de «destruir las capacidades del enemigo y la infraestructura terrorista en el área». Medios cercanos añadieron que también buscan el escondrijo donde permanecen los rehenes. Las Fuerzas de Defensa creen que algunos estan retenidos en la ciudad, repleta de decenas de miles de refugiados. La Inteligencia hebrea no ha logrado dar con su paradero desde octubre de 2023, pero sospecha que, con el 75% de la Franja bajo control del ejército, sólo es posible que los cautivos estén en el 25% restante, según el jefe del Estado Mayor, Eyal Zamir.

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Los campamentos de Deir al-Balah, Nuseirat, El-Bureij y Maghazi son los únicos donde aún pueden reconocerse las calles. No todas. Ni mucho menos. En junio del año pasado, una operación mixta coordinada entre la fuerza aérea y la infantería para rescatar a cuatro rehenes costó la vida a 274 personas en Nuseirat. Deir al-Balah ha sido bombardeado once veces y la División 98 hizo dos incursiones terrestres en 2024, pero esta vez es la primera en que las columnas realizan semejante despliegue. Tampoco se descarta una maniobra implícita del Gobierno para enviar, de paso, a sus habitantes al sur de Gaza.

Mezquitas destruidas

Al menos tres civiles murieron y más de una docena resultaron heridos ayer en los primeros compases de la ofensiva. Los disparos de los tanques y la aviación destruyeron casas y al menos tres mezquitas. Yonah Jeremy Bob, corresponsal militar senior de 'The Jerusalem Post', destacaba anoche lo peligroso de la apuesta del primer ministro hebreo. A su juicio, aparte de que las tropas de Eyal Zamir deben actuar de una manera muy «específica y cuidadosa» para que los milicianos «no se sientan amenazados» y maten a los rehenes, el éxito dependerá de que la Inteligencia israelí resulte «perfecta» y que «los guardias de Hamás prefieran vivir y entregarse, algo que no ha resultado ser cierto durante la mayor parte de la guerra».

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El ataque probablemente acentúe las encontradas sensaciones vigentes en Washington, donde se mantiene el apoyo a Netanyahu al tiempo que preocupa su cólera bélica. 'Bibi' actuó como un loco. Bombardea todo el tiempo», han señalado fuentes de la Casa Blanca al portal Axios, inquietas porque sus ataques en Líbano y Siria puedan «socavar lo que Trump está tratando de hacer» para normalizar Oriente Medio.

El presidente de EE UU parece haber establecido cierta distancia con el primer ministro hebreo. La semana pasada le amonestó por el bombardeo de la única parroquia católica de Gaza y su enviado especial a Siria, Thomas Barrack, añadió que la intervención hebrea en este país «creó otro capítulo muy confuso» y «llegó en un muy mal momento».

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