Euskadi se ve arrastrada por el frenazo de la locomotora alemana, su principal socio comercial
La automoción, sumida en una profunda crisis, es el sector más relevante en unas exportaciones que acumulan un descenso del 15%
Alemania siempre ha sido para Euskadi el espejo en el que mirarse. Una economía industrial muy apoyada en la automoción, de alta tecnología y con ... gran vocación exportadora. El País Vasco se ha desarrollado con ese mismo esquema y fuertes lazos con la otrora locomotora europea. Pero la imagen que ahora devuelve ese espejo ha quedado un tanto desfigurada. El territorio germano ha encadenado ya dos años de recesión y para este ejercicio se prevé un crecimiento raquítico. El país afronta las elecciones (23 de febrero) en un clima de máxima incertidumbre, agudizada por la amenaza de los aranceles del presidente de EE UU, Donald Trump, que podrían agravar aún más la crisis que arrastra. Y todo ello tiene un fuerte impacto en la economía vasca, muy dependiente de su gran referencia en el Viejo Continente.
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La balanza comercial refleja lo estrechas que son sus relaciones y también el deterioro causado por los problemas económicos del gigante germano. Alemania es el segundo destino de las exportaciones vascas, ligeramente por detrás Francia, con 4.148 millones de euros hasta noviembre, una cifra que supone un notable descenso del 15% respecto al mismo periodo del año anterior. En el capítulo de las importaciones ocupa la primera posición, lo que le convierte en el principal proveedor de Euskadi, con 3.700 millones, un 0,8% más.
La automoción tiene un peso muy relevante en estas relaciones comerciales hasta el punto de suponer más de la mitad de las exportaciones, y dentro del sector destaca un nombre propio: Mercedes. La mayor industria vasca, con 5.000 trabajadores, es la planta del fabricante automovilístico alemán en Vitoria, que acapara buena parte de las ventas a Alemania, al destinar el 40% de sus furgonetas a su tierra natal. Su importe entre enero y noviembre ascendió a 1.500 millones, una cifra que se ha desplomado un 26% respecto al año pasado por la caída de pedidos.
Mercedes es solo una víctima más de la crisis de la automoción del Viejo Continente, uno de los principales males que aquejan a Alemania. «Es un problema que se ha gestado en Europa por imponer un ritmo muy acelerado de transición al coche eléctrico cuando es una tecnología que domina China. Para colmo este año hay que pagar multas por el nuevo régimen de emisiones que solo rige en la UE, en vez de invertir ese dinero en innovar», se lamenta Emilio Titos, que fue director de la planta de Vitoria durante más de 40 años.
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La competencia china
Los gigantes alemanes del motor -Volkswagen, Mercedes y BMW- están teniendo serias dificultades para competir con marcas chinas como BYD, además de sufrir la caída de sus ventas en el gigante asiático. VW ha llegado a plantear el cierre de plantas en Alemania por primera vez en su historia y ahora se suman los aranceles de Trump. La economía germana es con diferencia la más expuesta a esta amenaza por su enorme superávit comercial con EE UU, de casi 85.000 millones. El mandatario tiene entre ceja y ceja «que no se ven coches Chevrolet y Ford por el centro de Múnich, mientras hay millones de Mercedes, VW o BMW en las ciudades norteamericanas» y con eso en mente anunció los llamados 'aranceles recíprocos'.
La automoción es el principal nexo entre Euskadi y Alemania y el mayor foco de problemas para ambas. Buena parte de las 785 empresas vascas que exportan allí pertenecen a este sector y también están vinculadas a él un alto porcentaje de las 86 compañías con implantaciones en el país. Entre ellas figura, por ejemplo, Gestamp y diferentes compañías del Grupo Mondragón. «Alemania es uno de nuestros principales mercados, con clientes como BMW, Daimler, VW, Audi, Thyssenkrupp, BSH, Rheinmetall, Lufthansa... Nuestra perspectivas allí son de crecimiento moderado salvo en los sectores de automoción y línea blanca (electrodomésticos) por la incertidumbre mundial y la competencia china», explican fuentes de la corporación.
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«La automoción y la siderurgia son los dos sectores vascos más perjudicados por la debilidad alemana», resume Adolfo Rey, director gerente de la Federación Vizcaína de Empresas del Metal (FVEM). En el ámbito del acero, Alemania es el segundo destino de las exportaciones vascas, solo por detrás de Francia, y en lo que va de año acumulan una caída superior al 20%.
Otro sector afectado es el de máquina herramienta, que tiene a Alemania como uno de sus principales destinos. «Los problemas de la automoción y las dificultades de exportación a China están teniendo impacto», señala José Pérez Berdud, presidente del clúster AFM. «Confiamos, no obstante, en la capacidad de reacción de ese gran país», dice.
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«No llega la fibra óptica»
La industria alemana se ha visto afectada por múltiples factores. Uno de los más importantes es la citada crisis de la automoción, pero también ha sido determinante la excesiva dependencia del gas ruso barato, para el que tuvo que encontrar alternativas tras la invasión de Ucrania. El encarecimiento de la energía ha reabierto el debate sobre la decisión de la excanciller Merkel de apagar las nucleares en 2022. Ahora, las negociaciones de paz lideradas por Trump, y que tanto recelo causan a la UE, podrían paradójicamente constituir un alivio para la industria alemana.
El cónsul honorario de Alemania en Bilbao, Michael John Voss, reivindica que las relaciones de Euskadi con su país «son muy sólidas» y que no se limitan al sector de automoción, que en gran medida se ve afectado por decisiones europeas. Reconoce, no obstante, que la economía germana sí presenta fallos propios como la falta de inversiones en infraestructuras, que se han visualizado en la caída del puente Carolabrücke en septiembre.
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Otros problemas son la burocracia o la lentitud en el proceso de la digitalización. «Yo llevo dos años esperando para que me instalen la fibra óptica en Berlín y en mi pueblo de Guadalajara tengo una conexión 5G que va como un tiro», ironiza un profesional que lleva años viviendo en Alemania.
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