La brutalidad policial llega al Congreso de Estados Unidos
Los demócratas presentan un proyecto de ley para que los agentes también «rindan cuentas» y Trump les acusa de «abandonar a la Policía»
La revolución político-social que prendió en 1968 tras el asesinato de Martin Luther King está ahora camino de cristalizar al menos en parte de ... sus objetivos, aunque será el tiempo quien determine si se trata de un efectivo punto de inflexión o solo una reforma hecha al calor de unas manifestaciones masivas. El caso es que ayer los demócratas presentaron en el Congreso de EE UU el denominado proyecto de Ley de Justicia en la Policía, una iniciativa inédita por dos motivos. El primero, por elevar determinados excesos policiales a delitos de odio racial. El segundo, porque pretende que los agentes «rindan cuentas» de sus actos y se terminen brutalidades como la que el 25 de mayo acabó con la vida de George Floyd en Minneapolis durante su detención.
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Por estos hechos hay cuatro funcionarios detenidos, uno de ellos el que aplicó la tenaza sobre el cuello de la víctima que finalizó con su asfixia. Auque la propia Minneapolis y Nueva York ya han eliminado esta técnica del procedimiento de sus fuerzas del orden, la iniciativa legislativa quiere que el estrangulamiento esté prohibido en todos los departamentos de Policía de Estados Unidos.
Los demócratas -cuyo candidato electoral, Joe Biden, tenía previsto reunirse ayer con la familia de Floyd- plantean además la creación de una base nacional de «antecedentes policiales», donde aparecerían los historiales de aquellos que se han excedido en el cometido de su trabajo, prohibir el uso de armamento militar entre los agentes y convertir en obligatoria la utilización de cámaras corporales. No todos los policías del país las portan y en numerosos casos de violencia y abusos de autoridad, como el del propio Floyd, suele ser común que las lleven desconectadas.
Homenaje en el Capitolio
En definitiva, se trata de «que la Policía rinda cuentas, acabar con la brutalidad policial, mejorar la transparencia, introducir cambios estructurales y proteger a nuestras comunidades», según explicaron los legisladores demócratas. Una decena de ellos se arrodilló en el Capitolio durante 8 minutos y 46 segundos -el tiempo que duró la agonía del afroamericano con su cuello aprisionado por la rodilla del agente Derek Chauvin- en un homenaje a quienes han fallecido debido a la violencia de los cuerpos de seguridad.
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«Cuando George Floyd llamaba a su madre, cuando tenía esa rodilla en el cuello, no era más que la continuación del horror que lleva mucho tiempo existiendo en nuestro país», declaró Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes. «El momento del cambio es ya», anunció por su parte el Black Caucus, el grupo que reúne a la mayoría de congresistas negros.
La mayoría municipal en Minneapolis plantea desmantelar y reconstruir su departamento de Policía
El vendaval reformista llegó incluso a Minneapolis, donde su Ayuntamiento -con la oposición del alcalde, Jacob Frey- mostró su predisposición a «desmantelar» el departamento de Policía y «reconstruirlo» según un «nuevo modelo de seguridad pública que realmente mantenga a salvo a nuestra comunidad», y a los marines estadounidenses. El cuerpo anunció que retirará toda bandera confederada que haya en sus instalaciones militares al entender que «crea división».
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Si la iniciativa legislativa de los demócratas pasa este mes el aprobado de la Cámara baja, lo que se da por seguro, comenzará su debate en el Senado, de mayoría republicana. Sus representantes rechazan la normativa porque, a su juicio, recorta la capacidad de la Policía frente a la delincuencia. Que la tramitación será dura ya lo dejó claro ayer Donald Trump, quien clamó que «los demócratas de izquierda radical se han vuelto locos». El presidente señaló en varios mensajes en las redes sociales que los responsables de la iniciativa quieren restar fondos presupuestarios y «abandonar a la Policía».
Mucho menos beligerante, el fiscal general, William Barr, negó que el sistema penal esté afectado por un problema de discriminación racial generalizada. «No creo que el sistema de fuerzas de seguridad sea sistémicamente racista», dijo en declaraciones a la CBS. Derek Chauvin, el agente encarcelado en una prisión de máxima seguridad de Minnesota, compareció ayer por primera vez ante las instancias judiciales. La Fiscalía pidió para él una fianza de un millón de dólares, que el abogado defensor admitió, pese a reconocer que no podrá pagarla.
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