¿Qué pasó con el vuelo MH370?

El Boeing 777 de Malaysia Airlines desapareció con 239 personas a bordo el 8 de marzo de 2014. Aún no se sabe por qué: ¿Fue un suicidio, un atentado, un secuestro...?

Miércoles, 6 de marzo 2024, 16:53

«Buenas noches, Malaysian tres siete cero». Esas son las últimas palabras conocidas pronunciadas por alguien a bordo del Boeing 777-200ER de Malaysia Airlines. Se registraron en el centro de control de tráfico de Malasia a la 1:19 de la madrugada del 8 de marzo de 2014, cuando el vuelo MH370, que había despegado cuarenta minutos antes desde Kuala Lumpur con destino a Pekín, salía del espacio aéreo del país con el teórico objetivo de entrar en el de Vietnam. No lo hizo nunca. Al contrario, en ese momento arrancó el mayor misterio de la historia de la aviación comercial.

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Porque, dos minutos después, el avión apagó el traspondedor que emitía una señal con su ubicación y, según detectaron poco después radares militares, dio media vuelta. En vez de seguir hacia el norte, giró hacia el oeste. Su última ubicación la recogió un radar primario a las 2:22 horas. A partir de aquí, diez años después, solo se puede especular con lo que les sucedió a las 239 personas que viajaban a bordo. De hecho, el informe oficial de más de 400 páginas publicado en 2018 por las autoridades malasias concluyó que «no se puede determinar con ninguna certeza» las causas de la desaparición del MH370.

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Lo único que se puede asegurar es que el cambio de rumbo realizado a la 1:25 se realizó de forma manual, y, por lo tanto, intencionadamente. «Con un elevado grado de confianza» también se puede señalar que el avión se estrelló en el Océano Índico, en uno de los lugares más remotos del planeta, después de haber volado durante horas -algo que se determinó por las señales automáticas emitidas por los motores a los satélites- hasta agotar su combustible, ya que en la isla africana de Reunión se halló en 2015 una pieza del ala, a la que solo se han sumado otros dos fragmentos confirmados después. Pero la mayor operación de búsqueda de la Historia, que rastreó 710.000 kilómetros cuadrados a lo largo de cuatro años y con un coste de casi 200 millones de dólares, no dio ningún resultado.

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Desde el principio han abundado todo tipo de teorías para explicar lo sucedido. Hay quienes sostienen que todo fue una operación de la CIA -o de Corea del Norte, depende de la ideología de cada cual- para secuestrar a los pasajeros, llevarlos a una base secreta, y experimentar con ellos. La versión opuesta asegura que los estadounidenses derribaron la aeronave por alguna razón. Y otros ya apuestan directamente por la abducción extraterrestre.

La mayoría de los expertos, sin embargo, se inclina por opciones mucho más mundanas, entre las que el secuestro adquiere la mayor fuerza. Como sucedió con el vuelo 9525 de Germanwings, que el copiloto Andreas Lubitz estrelló deliberádamente contra los Alpes, muchos consideran que la hipótesis más plausible es que el capitán del MH370, Zaharie Shah, se encerró en la cabina, despresurizó el avión para matar al pasaje por hipoxia, y dejó que el Boeing continuase volando hasta algún lugar en el que sería imposible localizarlo.

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Lo que no concuerda con esa teoría es que Shah nunca tuvo un comportamiento fuera de lugar. Incluso se escrutaron sus emociones en las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad el día del fatídico vuelo. Además, tendría que haber lidiado con pasajeros y tripulación preocupados tras el despliegue de las mascarillas de oxígeno. Por eso, las autoridades malasias especularon con la posibilidad de que algún fallo técnico provocase esa descompresión y la consiguiente falta de oxígeno, aunque eso dejaría sin explicación el cambio de rumbo inicial. ¿Quizá trataba de regresar a Kuala Lumpur?

La teoría del suicidio tampoco encajaría bien con el hecho de que el avión volase hasta agotar su combustible en vez de estrellarlo, como hizo Lubitz. ¿Qué razón habría para tratar de pasar desapercibido si el objetivo era matarse? En su momento se especuló con algún atentado terrorista, ya que dos ciudadanos iraníes viajaban a bordo con pasaportes europeos robados, pero se acabó desechando esa posibilidad porque determinó que solo querían migrar a Occidente. Boeing también rechazó la idea de que algún 'hacker' pudiese haber tomado el control del aparato en remoto.

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En cualquier caso, los investigadores sostienen que, a juzgar por el estado en el que se encontraron los elementos del avión, todo apunta a que alguien estaba a los mandos cuando cayó al agua, posiblemente tratando de que sufriese el mínimo número de daños. Eso explicaría la tardanza a la hora de encontrar restos del aparato. Si quienquiera que provocó la desaparición lo hizo para convertirla en un misterio, tuvo éxito.

Un familiar escribe en el muro que recuerda a las víctimas en Selangor, Malasia. NAZRI MOHAMAD / EFE

No obstante, hay expertos empeñados en desentrañarlo. El piloto Patrick Blelly y el analista aeroespacial Jean-Luc Marchand están convencidos de que se puede lograr. Por eso, a finales del año pasado hicieron un llamamiento a las autoridades de Malasia y Australia para que pongan en marcha una nueva búsqueda en otra zona del océano. En su opinión, si se utilizan los nuevos submarinos no tripulados, podrían dar con el aparato en cuestión de días. De momento, y a pesar de que los familiares del pasaje también hacen presión para que la operación se reanude, no hay ningún compromiso firme para ello.

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Parte del fuselaje recogido en las islas Reunión, en el Índico. Reuters

Hoy podría volver a desaparecer

Quienes esperaban en Pekín la llegada del vuelo MH370 solo se encontraron en el aeropuerto con un mensaje de que el Boeing 777-200ER llegaba con retraso. No fue hasta las 7:24 de la mañana, casi una hora después de la prevista para el aterrizaje, cuando se anunció que el avión de Malaysia Airlines había desaparecido. Muchos entonces se preguntaron cómo es posible que un moderno aparato de 64 metros de longitud y 61 de envergadura se desvanezca sin dejar rastro. Sobre todo porque la tecnología permite evitarlo con facilidad.

Sin embargo, hoy, diez años después, podría volver a suceder. Porque aún no se ha implementado en los aviones la solución que propusieron los técnicos: un sistema que emitiría por satélite una señal cada minuto en el que el aparato tenga un problema, y que no podría desconectarse. Este estándar de seguridad tendría que haberse aprobado para todas las aeronaves entregadas a partir de 2021, pero ya se ha retrasado en dos ocasiones y, en el mejor de los casos, entrará en vigor en enero del año que viene.

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Hasta entonces, la instalación del sistema es opcional, y no se ha extendido mucho. Según los datos recogidos por Bloomberg, solo siete de los 250 aviones de Air France cuentan con él, mientras que Korean Air suma tres y Japan Airlines otros dos. «Se han desarrollado soluciones para evitar una tragedia como la del MH370, pero falta dar el último paso para implementarlas», denunció el presidente de la Fundación para la Seguridad en Vuelo, Hassan Shahidi.

Curiosamente, entre quienes rechazan este tipo de medidas alegan que el piloto debe tener el control del 100% de la aeronave, lo cual no sucedería con un sistema que no pueda apagar. En cualquier caso, aunque su superen esas reticencias y la obligatoriedad entre en vigor, solo englobará a los aviones de nueva fabricación. Los 20.000 que actualmente están en servicio podrían desaparecer como hizo el de Malaysia Airlines.

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Créditos

  • Texto Zigor Aldama

  • Diseño web Anartz Madariaga

  • Infografía Isabel Toledo

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