Azkena Rock Festival
Vitoria, un escaparate para amantes del rock y la buena vidaSibaritas de alto 'standing' alucinan con la oferta de la capital alavesa que pasa por comedores originales con platos reconocidos y rincones exclusivos en los que perderse
En Vitoria, el sibarita encuentra un refugio perfecto para deleitarse con experiencias sensoriales únicas. Además, en esta semana, música y gastronomía se entrelazan para ofrecer momentos inolvidables. La capital alavesa vibra con melodías que resuenan en cada rincón y se disfrutan mejor con buenos platos sobre la mesa. Amantes del buen vivir pueden gozar de una exquisita oferta culinaria, con restaurantes y bares que destacan por su creatividad y pasión por la cocina local e internacional. Ahora se trata de saborear cada nota aprovechando el Azkena Rock Festival.
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Por la mañana
Un buen 'branch' con huevos benedictine o tarta de queso
Arrancar la mañana con un buen 'brunch' viene de cine. En Kobatxa (Mateo Moraza, 20) tienen unos huevos benedictine (con salmón o jamón) que aportan energías renovadas, pueden arroparse con una ensalada de frutas de temporada y una tosta de aguacate con tomate, cebolla y ventresca. Para el que prefiera el dulce, su tarta de queso es espectacular. Un paseo por el Casco Medieval y una visita a la Catedral de Santa María (Plaza de Santa María s/n), una oportunidad única de contemplar en directo los trabajos arqueológicos y de restauración de un templo gótico del siglo XIII, sientan de maravilla. Y conviene dejarse caer por Zuloa Irudia (Correría, 21), una librería muy especial en la que abundan los volúmenes dedicados al rock. Antes de comer, nada mejor que degustar el pintxo de huevo frito con patatas del Sagartoki (Prado, 18). Un bocado reconocido y de altura.
A la hora de almorzar
Ravioli de chipirón y rodaballo salvaje a la brasa
Ikea (Portal de Castilla, 27) acaba de reabrir sus puertas, una excelente noticia para amantes del buen yantar. Dispone de dos menús degustación y joyas a la carta como la cola de cigala, patata y salsa verde, el ravioli de chipirón, karramharro y porrusalda o la paletilla de cordero asada a baja temperatura. Otro buen comedor es el del Zaldiaran (Avenida de Gasteiz, 21) donde no hay que dejar de probar el tartar de atún con yema de huevo, pimienta de Sichuán, sésamo y jengibre, sus famosos caracoles rellenos, el bogavante asado y flambeado al Armagnac con ajos confitados y patata torneada o su rodaballo salvaje a la brasa. KEA (San Prudencio, 21) es otro paraíso de sabores. Atención a su tartar de vaca vieja, la tortilla de txangurro a la donostiarra, el salmonete en tempura con jugo de pimiento asado o el onglet de vaca con chimichurri de cebollas y jengibre. Y no hay que olvidar La Roca (Dato, 41) con recetas como la pluma 'bellota' a la brasa con patatas risoladas y tomatitos asados, el guiso de callos, pata y morro de ternera 'estilo La Roca' o el tartar de atún rojo con yema de huevo de corral y trufa, por ejemplo.
Por la tarde
Cafés que cosechan suspiros
Un café en Aldapa Taberna (Cuesta de San Vicente, 2) es casi un pecado. Tienen nueve tipos de cafés que cosechan suspiros y su capuccino con nata es un diez. Muy cerca está Victófer (Cuchillería, 14) donde mandan las conservas gourmet y artesanales. Espárragos blancos, pochas, pimientos de cristal, codorniz en escabeche… El mejor recuerdo para llevarse a casa y rememorar esta semana. Lo mismo pasa con Confituras Goya (Dato, 6). Llevarse unas trufas o unos vasquitos y neskitas es indispensable. Y mucho ojo a sus mermeladas y a sus chocolates. Y si antes de ir al Azkena te tomas un Pecado original en el Clover Club (Fueros, 6) alucinas. Se trata de un cóctel cuya base es la ginebra Master's de Manzana, a la que añaden Chartreuse, un licor de hierbas francés. Un festival en boca.
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