Borrar

Ven, que vamos a hablar

La vida nos pone a veces ante situaciones difíciles y nos obliga a tener conversaciones que hubiéramos preferido posponer o evitar. Las y los pequeños de la casa se dan cuenta de todo, así que lo mejor es enfrentar el diálogo con ellos de una manera constructiva y respetuosa.

Domingo, 14 de septiembre 2025, 21:05

La muerte de un ser querido, conflictos en el cole, una separación o mudarse de ciudad… Por mucho que queramos que no sea así, va a haber muchísimas situaciones en que una conversación a tiempo va a evitar problemas a posteriori: el silencio no nos protege, parafraseando a la poeta y ensayista Audre Lorde. No hablar las cosas es una manera de desinformar, de perpetuar prejuicios, de que se enquisten pequeños traumas que pueden desarrollarse en su edad adulta.

Todas las emociones son válidas, pero hay que saber reconocerlas

En casi todas las escuelas se enseña ya a los niños y niñas a reconocer las emociones que están sintiendo, igual que lo hacen películas súper entretenidas como Del revés (Inside Out). Reforzar este reconocimiento de lo que se siente es algo que se debería seguir trabajando en casa, puesto que saber si alguien siente vergüenza, está enfadado o triste, o enfadado porque está triste, es ya un paso grandísimo. A través de la conversación, podéis intentar descifrar juntos todo lo que les está pasando por la cabeza, ayudarles a racionalizar sus emociones y buscar una vía conjunta para solucionar el problema que estén teniendo.

Para esto es muy importante saber utilizar bien las palabras. La tendencia a la exageración a expresarse de manera apasionada y vehemente, «amar» u «odiar», a que te «dé asco algo» o «mueras de amor» por otra cosa, puede resultar muy graciosa en redes, pero ni es realista ni ayuda en nada a entender los sentimientos propios. Hay toda una escala de grises en el lenguaje para definir lo que les está pasando y ayudarles a escoger las palabras para contextualizar y tomar perspectiva del problema es esencial. A partir de aquí, también va a empezar a aprender la fuerza del lenguaje en sus interacciones con otras personas, y a reflexionar sobre su propio comportamiento. Llevarlos de la mano en este proceso, enseñarles a debatir con respeto pero de manera sincera y que puedan ver que todo el mundo comete errores y que parte de hacerse mayor es reconocerlo, y pedir perdón si hiciera falta, es parte de su educación también.

Algunos ejemplos de cómo enfocar las conversaciones difíciles

Recuerda que es una conversación, no una lección, así que pregúntales qué opinan de lo que le dices, si tienen alguna aportación… tírales de la lengua para que elaboren un discurso propio y que no te importe repetir conceptos y preguntar mucho. Tu curiosidad por lo que piensan, por quién les enseñó algo o si han tenido alguna experiencia concreta que les haya llevado a plantearte el tema les dará seguridad y les animará a seguir hablando.

Si se enfadan contigo, cuéntales que el hecho de que no opinéis lo mismo no significa que les quieras menos y díselo claramente: «No estoy de acuerdo con lo que dices, pero sigo queriéndote.» Y si la conversación deriva en discusión, párala para hacerles ver que así no se puede hablar, que hay que buscar la calma para intercambiar opiniones: «¿Lo podemos hablar desde otro lugar?». O bien, sugiéreles que estaría bien retomar el tema en otro momento, cuando el enfado haya pasado. Este paso es importante para enseñarles el valor de la perspectiva y de cómo los sentimientos cambian y se asientan, a pesar de que parezca que nunca lo van a hacer. La idea del intercambio de opiniones y de compartir un espacio donde hacerlo también les puede servir para las conversaciones con otras personas.

Aún y si no estás de acuerdo con lo que dicen, dales espacio para que lo expresen todo. A veces tenemos tendencia a cortar a las personas en medio de sus argumentos, probablemente porque no queremos desperdiciar la réplica que se nos ha ocurrido, pero esto puede resultar contraproducente y cohibirles.

Si ha habido un fallecimiento en la familia, te aconsejamos no mentir, sino encontrar una manera de expresar lo que ha pasado que les sea sencilla de entender. En lugar de decir que la persona se ha ido a otro sitio o emplear eufemismos, puedes decirles claramente que ha muerto, lo que significa que ya no la vayamos a ver, aunque la sigamos queriendo y recordando.

Si te preguntan por temas de actualidad (ya sabemos que aunque no parezca, prestan atención a absolutamente todo lo que pasa y lo que decimos. Por eso, cualquier día pueden venir preguntando por la guerra, la pobreza en el mundo o el cambio climático), tu baza puede ser compartir su preocupación, validar sus emociones y hablarles desde la empatía sin alarmismo y con ejemplos que pueda entender fácilmente. También podéis encontrar alguna acción concreta para que vean que al haberte contado lo que les preocupaba, no solamente les has dado la razón sino que habéis buscado una manera de paliar lo que les agobiaba: ir a recoger basura al monte, participar de jornadas de recogida de fondos para alguna ONG, donar juguetes que ya no utilicen… Verán que hablar las cosas tiene también consecuencias positivas.

Si se encuentran ante un conflicto en el cole, pregúntales qué puedes hacer y si necesitan que intervengas o creen que pueden resolverlo de manera independiente. Será un buen momento para explicarles que tú estás siempre ahí para ayudar y apoyar, pero que hay veces en que tendrán que enfrentarse a esa incomodidad a solas, mientras que en otras ocasiones no deben dudar en comunicarte lo que está sucediendo para que tú seas quien lo solucione. Sobre todo, deben sentir que siempre estás de su lado, aunque eso signifique que no siempre tengan la razón y deban disculparse.

A grandes (grandísimos) rasgos, estas son algunas de las situaciones que te puedes encontrar, pero por supuesto tú conoces mejor que nadie a tus peques y no tienes que tomarte ninguna de nuestras propuestas al pie de la letra. Puedes sacar alguna idea de cómo empezar y a partir de ahí, dejar que tu instinto y, sobre todo, tu amor y lo mucho que los conoces guíen tus palabras y las suyas.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo Ven, que vamos a hablar

Ven, que vamos a hablar