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Redes sociales y jóvenes, ¿cuáles son los peligros reales a los que se enfrentan los adolescentes?

Fernando Checa, profesor del Máster en Redes Sociales de la UNIR, analiza qué riesgos existen tras las pantallas y cómo pueden minimizarlos las familias

Leire Fernández

Viernes, 27 de junio 2025

Las pantallas, y especialmente las redes sociales, y su uso por parte de adolescentes se ha convertido en objeto de debate habitual en medios y hogares. La petición de aumentar a los 16 años la legalidad para acceder a ellas cada vez gana más adeptos, pero ¿es una posibilidad real o una utopía? Fernando Checa, profesor del Máster en Redes Sociales de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), analiza los peligros que existen en estas plataformas, las fórmulas para minimizarlos y lo que puede suponer establecer identificaciones reales para acceder a ellas.

- Lo primero de todo, ¿cuántas redes sociales hay?

Decenas y decenas. Lo que ocurre es que la inmensa mayoría de los usuarios se concentran en un número bastante reducido.

- ¿En qué características nos tenemos que fijar para saber si son peligrosas o no? ¿Qué tipos de riesgos presentan estas plataformas?

Hay varios aspectos. En primer lugar, el tipo de contenido al que se puede acceder. Hablar de peligro es algo muy amplio, porque lo que podríamos considerar un peligro por ejemplo para una persona menor de edad, quizás no le sea para una mayor, como puede ser un contenido sexualmente explícito. Seguramente no querríamos que los menores de edad accedan a él y, sin embargo, para una persona mayor de edad, puede no ser tan peligroso. O, por ejemplo, cuestiones que tienen que ver con una alta cantidad de mensajes con cierta agresividad o mensajes de odio. En función de la formación que pueda tener la persona que está leyendo esos mensajes, puede sentirse más o menos identificado o más o menos violentado por ello.

Entonces, realmente esto, contenido explícito, contenido violento, acoso,... ¿en dónde se produce? Pueden producirse en cualquier red social. Y cuando digo en cualquiera, me refiero desde redes más desconocidas o menos utilizadas hasta redes absolutamente populares como puede ser Instagram, Facebook, TikTok o X.

- ¿Qué herramientas podemos dar a los jóvenes para protegerse si los padres estamos perdidos en este tema?

Por encima de todo es información y formación, las dos cosas. Primero, formación. Afortunadamente se está dando cierta importancia a la formación de cara a que cualquier ciudadano, sea mayor o menor de edad, sea capaz de identificar determinados comportamientos que serían inaceptables en el mundo offline, de violencia, de acoso, de extorsión, que directamente serían delictivos. Y esta formación también debe ayudar a que una persona, cuando identifique un contenido de estas características, tenga la capacidad de trasladar una denuncia, ya sea a sus progenitores, sus profesores, o incluso directamente a la policía.

Pero también hay información. La información nunca es suficiente, tanto a los jóvenes, que seguramente se informen a través de canales no tan tradicionales, pero también de cara a cualquier ciudadano. Porque al final hay una cosa que quizá a veces olvidamos, y es que hacer que las redes sociales sean seguras es una responsabilidad de todos. Evidentemente, el principal responsable es el dueño de la red y hay que exigirles que las redes sean seguras, que no se produzcan situaciones que puedan ser un delito, pero todos nosotros tenemos una cierta responsabilidad. Si vemos un contenido que entendemos que es denunciable, no deberíamos mirar hacia atrás.

De la misma manera que somos usuarios con acceso a tecnología, también como usuarios hemos de tomar partido en hacer las redes más limpias, más seguras, y en exigir que esto sea así.

Diferentes grados de peligro

-¿Cuáles son las redes sociales más peligrosas para niños y adolescentes hoy en día?

Hay dos gradaciones. Hay que mirar siempre con mucho ojo las redes del estilo de X o de TikTok, en la que somos conscientes de que hay un volumen de publicaciones relacionadas con el odio y que además el propio algoritmo de las plataformas actúa como amplificador. Es decir, si nosotros vemos una determinada publicación, esa publicación seguimos viéndola, seguimos viéndola, al final la red retroalimenta ese tipo de publicaciones que pueden ser inadecuadas. Pero luego hay algunas otras redes que, de cara sobre todo a los menores, pueden ser desde complejas hasta muy complicadas. Por ejemplo, OnlyFans, en la que existe contenido explícito de carácter sexual, tiene una particularidad que a veces se desconoce y es que los usuarios para poder interactuar han de incorporar una tarjeta de crédito. Y aquí, por ejemplo, no todos los menores tienen acceso a una tarjeta de crédito, de manera que incluso siendo una red social que suele estar en el punto de mira de las críticas, de alguna manera está poniendo una barrera.

Primero, la necesidad de meter una tarjeta de crédito que no todo el mundo está dispuesto y después que el hecho de meter una tarjeta de crédito significa una identificación.

Luego tenemos otras plataformas como puede ser Bazoocam, que básicamente lo que genera es la posibilidad de hacer videoconferencias con usuarios que van apareciendo de manera aleatoria. Cuando el usuario entra en la plataforma, activa su cámara y su micrófono y va saltando de usuarios y van surgiendo personas con las que se puede interactuar más o menos. Está abierta a todo el mundo y ahí no hay ningún tipo de filtro.

Después dentro de la propia Telegram, que no deja de ser una fantástica forma de comunicación, hay grupos privados en los cuales se comparten contenidos que pueden ser directamente ilegales. De hecho, hace unos días se ha desmantelado una grupo en el que se estaba compartiendo material sacado directamente de OnlyFans. Lo cual es ilegal, porque una persona mayor de edad puede decidir exponerse en OnlyFans, pero sus contenidos son suyos.

-¿Qué opina de Be Real que la están empezando a usar mucho los chavales?

El planteamiento es que en un momento determinado la aplicación te avisa para que hagas una fotografía donde estés. Vende el que no se usan filtros, eres tú mismo, compartes en tiempo real qué estás haciendo y qué divertido es esto... pero estás compartiendo tu privacidad, además en un momento puntual y sin ningún tipo de filtro, porque a veces criticamos, y es lógico que así lo hagamos, la ficción narrativa de contenidos en redes sociales. Por ejemplo, en Instagram la mayoría de los usuarios decide qué foto publica y además es raro que publiquen sin que haya puesto no sé cuántos filtros. Es decir, hay una ficción sobre esa cesión de privacidad, porque si la foto no te sale bien no la vas a compartir. Sin embargo, si tú estás en tu casa y de pronto tiras una fotografía y estás en pijama, lo que acaba siendo es un proceso de exposición absolutamente brutal.

«El problema de hacer una identificación real es que va a tener que hacerse a costa de la privacidad de los menores. Es algo muy serio»

Un tema habitual en los últimos tiempos es el de la edad adecuada para utilizar smartphones y redes sociales, ¿existe una edad adecuada a nivel general o cada caso puede ser diferente?

Es muy difícil. Sobre todo es muy difícil porque... ¿en dónde ponemos el listón? Según la legislación española, la legalidad de acceso eran los 14 años. Ahora mismo, lo único que sí que tenemos muy claro es que se es mayor de edad a partir de los 18 años y a partir de esa edad se puede consumir un tipo de contenido que los menores lo tienen prohibido por ley. Pero entre los 18 y los 16, los 14 o los 12,... Volvemos otra vez a la responsabilidad de los usuarios y en este caso, por desgracia, la responsabilidad es de los padres.

Los padres deben ser conscientes de qué es lo que están haciendo sus hijos en las redes sociales. Nos vamos a la red más popular entre las personas jóvenes, que es TikTok. Somos conscientes de que hay muchos chicos y chicas que tienen 12, 13 años que pasan muchísimo tiempo en TikTok. ¿Por qué? Porque se ha convertido en una herramienta no solamente de ocio, sino también en una herramienta de comunicación entre ellos.

De la misma manera que hay muchos millennials jóvenes que son incapaces de mandar un WhatsApp y se comunican a través de Instagram, hay muchos centenials y centenials jóvenes que se comunican a través de TikTok. Claro, ¿cómo le decimos a una persona que tiene 13 años, que tiene 14 años, que lleva un año o dos años usando TikTok, que ve que sus compañeros de clase usan TikTok, que sus amigas y sus amigos usan TikTok de la noche a la mañana le decimos, no puedes usar TikTok? Pues seguramente no nos va a hacer ni caso.

Y luego, quedaría muy bien decir que en España o en la UE se prohíbe que los menores de 16 años accedan a las redes sociales. ¿Pero eso cómo lo hacemos? Se están intentando dar pasos para que haya una identificación real. El problema es que esa identificación va a tener que hacerse a costa de la privacidad de los menores. Estamos hablando de cosas muy serias.

Tiene que darse no solamente el DNI, sino los datos... La cara. Es que usted no tiene por qué hacer una identificación que queda almacenada en un servidor. Yo no tengo hijos. Pero si yo tuviera un hijo, a mí no me haría ni pizca de gracia que para que mi hijo pudiera entrar a una red social tuviera que identificarse con sus rasgos faciales. ¿Por qué? Porque esos rasgos faciales estarían acumulados en un servidor del cual no tendríamos ningún tipo de control. Decir que hay que controlar el acceso mediante edad es mucho más fácil que hacerlo.

Control parental

- ¿Qué tan efectivas son las herramientas de control parental?

Son bastante efectivas. No son perfectas, pero en general son efectivas y yo creo que son necesarias. Evidentemente cada familia tomará sus decisiones como en todos los ámbitos. Desde la hora en que está jugando al ordenador o a la consola, o si a un niño de dos años le da su teléfono móvil. Es una decisión familiar. Ahora, yo sinceramente creo que esas herramientas son bastante eficaces y que es positivo que las familias sepan a qué contenidos están accediendo sus hijos.

- ¿Qué consejo le daría a las familias para minimizar los riesgos?

Hablar. Hablar en casa y ser conscientes de que éste es un tema que cuando surge un adolescente no va a querer hablar de ello porque va a considerar que sus padres no tienen ni idea de esto, que van contra él, que lo que quieren es quitarle su libertad, que va a ir en contra de lo que todo el mundo hace porque sus padres no entienden nada.

Pero hay que hablar de ello de la misma manera que hemos hablado todos con nuestros padres de cosas que no nos apetecía escuchar, pero que no nos ha quedado más remedio. ¿Qué ocurre? Que para hablar de ello, y volvemos un poco al punto de partida, es necesario tener información. Porque una conversación se puede producir con un adolescente cuando el adulto conoce los riesgos.

Si el adulto no es conocedor de esos riesgos es difícil mantener el principio de autoridad en cuanto a que eres una autoridad en la materia, no a que seas una persona autoritaria. Soy una autoridad en la materia y esto te lo estoy transmitiendo porque lo sé.

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