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La mesa de la paz, un método para la resolución de conflictos

«Hay que tener claro que no es algo milagroso, pero puede resultar útil», avisa María Guerrero, profesora especializada en la pedagogía Montessori

carlos nieto garcía

Lunes, 25 de julio 2022, 19:36

Lo más seguro es que haya probado con mil y un experimentos para intentar poner remedio a las rabietas del pequeño o la pequeña de la casa. Lo que va a leer a continuación tampoco es la panacea, pero quizás le sea de gran ayuda. Hablamos de la mesa de la paz, una técnica Montessori que sirve para resolver los conflictos que surgen en el hogar.

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«Hay que huir de lo que popularmente se ha conocido rincón de pensar en el colegio», avisa María Guerrero, profesora de Educación Infantil especializada en la pedagogía Montessori, porque «el niño la niña lo asociaría a un castigo». Entonces, ¿qué es la mesa de la paz? «No es como tal un espacio físico, aunque se pueda establecer así. Se trata de buscar recursos para mediar en los conflictos», continúa la experta.

Vale, pero, ¿cómo? «Hay múltiples herramientas para llevar a cabo la mesa de la paz. Lo primero es buscar un lugar tranquilo, como puede ser el salón, donde haya un espacio suficiente para que las personas que se sienten a la mesa puedan hablar con calma. Por supuesto, sin distracciones: televisión, móvil...» Guerrero propone para ello una serie de objetos. «Lo ideal es utilizar un reloj de arena para delimitar los turnos de habla y escucha. Vienen bien también elementos para rebajar el estrés, como una pelotita o botellas que tengan líquido dentro». «'El monstruo de colores' es un libro que solemos utilizar». En él, se asocia un color a cada emoción, de manera que tu hijo o hija pueda relacionar cómo se siente con algo tan sencillo como los colores. Sobre su eficiencia, la profesora avisa: «Hay que tener claro que no es algo milagroso, pero puede resultar útil».

Algo que Guerrero destaca es que «se trabaje de forma transversal, porque en la práctica, a no ser que lo proponga el adulto, es difícil que los pequeños tengan la iniciativa de ir a una mesa a solucionar sus problemas». De ahí que no lo vean como un castigo, sino como un lugar donde calmarse si se sienten agobiados o enrabietados.

¿Para qué edades se recomienda?

«La mesa de la paz está pensada desde los dos hasta los seis años, y según crece hay que ir adaptándola». Tranquilidad, para los bebés también hay remedio. «Con los de cero a dos años se pueden utilizar botellas sensoriales (sonido, instrumentación…) para calmarse. Se pueden rellenar con lentejas, hierba, animalitos… ¡Todo vale!», ejemplifica.

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