¿Por qué los bebés se despiertan tan a menudo por las noches?
«Todos nos despertamos por la noche pero los bebés necesitan biberón, brazos, chupete... para redormirse», aclara Desiré Capataz, asesora del sueño infantil. Y advierte: «Un bebé jamás debería llorar sin consuelo»
Leire Larrazabal
Jueves, 24 de julio 2025, 19:48
Será uno de los mayores quebraderos de cabeza para los padres. Pasar la noche en vela porque tu bebé se despierta cada dos por tres. ¿Lo estás sufriendo? Desiré Capataz Teixidó, pionera como asesora de sueño infantil en España, nos presenta 'Duerme feliz. La gran guía del sueño infantil', una versión científica, emocional y práctica para entender el descanso del bebé como un proceso evolutivo y no como un problema a corregir. El libro pone el foco en lo que de verdad importa: la conexión entre el bebé y sus cuidadores.
Capataz, que ha acompañado a más de 4.000 familias desde 2012, también es creadora del Método CALMAR. Eso sí, quiere dejar claro que no hay que buscar soluciones milagrosas, sino que empezar a construir noches tranquilas a través de la comprensión, la información y el respeto. «Un bebé jamás debería llorar sin consuelo», advierte tajante.
- La pregunta del millón. ¿Por qué se despiertan los bebés tan a menudo por las noches?
- En realidad todos nos despertamos por la noche, tanto adultos como niños. Los bebés no son los únicos que se despiertan por la noche. Nosotros también lo hacemos. Todos pasamos por varios ciclos de sueño durante la noche y, al finalizar cada ciclo del sueño, se producen los llamados microdespertares (estados de semiconsciencia en medio de la noche).
La gran diferencia entre un adulto y un bebé es que un adulto, como ser maduro que es, ha aprendido a gestionar dichos microdespertares de forma autónoma y sabe volver a redormirse sin la necesidad de que nadie le ayude. En cambio, un bebé, no tiene esa habilidad y por lo tanto, reclama ayuda para volver a conciliar el sueño. Normalmente el bebé reclamará la ayuda de aquello con lo que concilió el sueño por primera vez (el chupete, el 'bibi', los brazos, la teta...).
Es decir, todos nos despertamos por la noche, tanto adultos/as como niños/as; la diferencia es que nosotros sabemos controlar dichos microdespertares y ellos, no. Por lo tanto, debemos comprender que, mientras este bebé siga necesitando de ayuda para conciliar el sueño seguirá reclamando esa misma ayuda cada vez que tenga un microdespertar, ya sea que necesite del pecho, del 'bibi', el chupete, los brazos o cualquier otro elemento para poder redormirse. Ésta es la principal causa de los despertares de un bebé y la que más debemos tener en cuenta. Pero evidentemente no es la única.
- ¿Cómo podemos mejorar el sueño del bebé?
- Son muchas las cosas que afectan al sueño de un modo y otro y la realidad es que no hay trucos milagrosos que funcionen para todos los bebés igual. Lo que existen son hábitos de sueño que favorecen el descanso de nuestros hijos/as que pueden ayudarnos a sentar las bases de un sueño saludable a nuestro bebé a largo plazo. Pero los hábitos hay que trabajarlos de manera totalmente integral, teniendo en cuenta todo aquello que pueda afectar al sueño como los horarios, las rutinas, el ritual previo al sueño, el ambiente, el estado emocional, la alimentación, la actividad física...
Como veis, no hay truco. El sueño del bebé es mucho más complejo y, si no se trabaja desde la base será difícil mejorarlo de verdad. Pero es verdad que, si queremos reducir despertares nocturnos, una de las cosas que tendremos que trabajar sí o sí será en sus asociaciones del sueño, consiguiendo que tu bebé sea capaz de conciliar el sueño con sus propias habilidades para que, cuando tenga un microdespertar nocturno, sea capaz de gesionarlo con esas propias habilidades.
«Un bebé que llora siempre debe ser atendido»
- ¿Qué opina de los que dicen que hay que dejarle al bebé que siga en la cuna aunque no consiga consolarse?
- Un bebé jamás debería llorar sin consuelo. Nadie debería aprender nada desde la soledad, el miedo o el desconsuelo. Llorar no es malo en sí mismo; es una forma de expresión, pero un bebé que llora siempre debe ser atendido. Pero no todo es blanco o negro. No todo es dejar llorar o estar meses o incluso años sin dormir por las noches... Hay términos medios, y sí es posible mejorar las noches sin pasar obligatoriamente por dejar llorar a un bebé sin consuelo en su cuna totalmente solo y en oscuridad.
- ¿El colecho puede ser un buen aliado?
- Para muchas familias el colecho puede ser una buena manera de descansar todos. Y es una opción tan válida como cualquier otra. Hasta hace poco era una opción muy demonizada por gran parte de la sociedad, e incluso por gran parte de los profesionales sanitarios, pero se ha visto que si se practica de manera segura, puede ser una práctica incluso beneficiosa para madre e hijo en muchos sentidos. Y si madre e hijo duermen bien junto, ¿por qué cambiarlo?
- ¿Que nuestro bebé se despierte muchas veces y no descansemos (padres) es el principal quebradero de cabeza que sufrimos durante la maternidad?
- Bueno, la falta de descanso puede llegar a convertirse incluso en una verdadera tortura para padres y madres que acaba afectando ya no solo a la madre sino a todo el círculo familiar. Porque la falta de sueño no es solo ir cansada... La falta de sueño es también estar irritable por todo, es perder la paciencia fácilmente con los tuyos, es no poder disfrutar de tu bebé ni de tu maternidad como te gustaría y como te mereces, es no tener tiempo para ti... Dormir mal implica muchas cosas y quien no lo ha vivido en sus carnes no puede hacerse una idea de cuánto puede llegar a afectar al día a día de una familia. Las madres tenemos derecho a buscar una solución cuando la situación se vuelve insostenible. No es necesario dejar llorar sin consuelo a un bebé pero tampoco es necesario acabar exhausta para poder criar con amor y respeto.
- Y tú te has convertido en toda una experta porque lo has sufrido en tus propias carnes.
- Sí, yo lo viví durante muchos meses hasta que decidí que no podía sostener más esa situación. Hasta que supe que mi hija se mercía a una madre mejor. Y yo me merecía poder disfrutar de mi hija. Sabía que no quería dejar llorar a mi hija sin consuelo, pero tampoco quería seguir sufriendo noches de infierno día tras día.
Así que tomé una decisión y tracé un plan y puse muchas dosis de paciencia, constancia y repetición (las tres claves del éxito) hasta que conseguí ver mejoras poco a poco. Y en unas tres semanas mi hija pasó de despertarse ocho o nueve veces todas las noches, a dormir más de siete horas del tirón cada día. ¡Mi vida cambió por completo!