La amortización de hipotecas se dispara en Euskadi y reduce en 4.300 millones la deuda

La subida del índice de referencia para las hipotecas variables, que en el País Vasco ascienden a algo más de 122.000, está provocando incrementos en la cuota que pueden superar los 350 euros mensuales sobre un crédito medio que asciende a 150.000 euros. Un escenario en el que, como señalan fuentes de Laboral Kutxa a EL CORREO, «hemos detectado que se han duplicado las amortizaciones». Es el mismo fenómeno que confirman en Kutxabank, la entidad con mayor cuota de mercado -un 40%-. Desde el banco presidido por Antón Arriola aseguran que «las amortizaciones se están manteniendo a un ritmo muy importante», especialmente acusado en los últimos meses del pasado año y en el arranque de este 2023. Ahora se ha amortiguado un poco, pero mantiene ritmos más altos que los del año pasado.

En cualquier caso, según el informe trimestral de la entidad vasca, el saldo vivo de las hipotecas de sus clientes a 31 de marzo se redujo el 5,14% respecto al pasado año. Son 1.742 millones menos de un total 32.172 y el mayor descenso en más de seis años.

Desde las oficinas en Euskadi de Caixabank ratifican también la tendencia al afirmar que «estamos en un nivel de amortizaciones extraordinarias en el primer trimestre».

Otro factor que ha facilitado este aumento en los pagos extraordinarios de la hipoteca ha sido la acumulación de ahorro en las cuentas corrientes. A pesar de la erosión de la subida de precios, todavía quedaba una cantidad importante tras la contención del gasto provocada por las restricciones de la pandemia. Unos recursos que, mientras las entidades financieras mantengan su política de no remunerar los depósitos, quedan ahí como dinero en el colchón y encuentran en estos pagos una de las mejores inversiones.

Un ejemplo. Si sobre un préstamo de 75.000 euros a 15 años se amortizan 12.000 sobre la cuota, la rentabilidad anual obtenida es de un 2,3%, que llega hasta el 6% si aplica sobre la duración del préstamo acortándolo a 11 años. Se trata de unas ganancias que solo podrían encontrar parangón en la deuda pública que ha superado el 3%, aunque menos extendida en el tiempo.

Otra de las causas que ha favorecido este descenso en el saldo de los créditos ha sido el frenazo en la compra de vivienda. La subida de tipos de interés ha llegado a doblar el coste de las hipotecas y en un escenario con los precios desbocados no es el mejor aliciente para comprar casas. Según los datos del INE, en abril la firma de créditos vivienda se desplomó un 19,8%, en marzo un 14% y en febrero un 6%. Una tendencia de tres meses en negativo que no se producía desde la crisis de 2008.

Hay excepciones como los datos de Laboral Kutxa que, gracias a una fuerte oferta para la adquisición de vivienda, ha incrementado la concesión de estos créditos en un 40% hasta mayo. Pero a pesar de ese salto el resultado entre lo prestado y lo amortizado ha reducido el saldo neto de sus hipotecas en un 1%, lo que evidencia la fuerza que ha cobrado esta tendencia.